El pájaro azul

Quiero que esta canción se quede para siempre en el blog.

Voy buscando lo que quiero,
averiguando, a mi manera,
que no me gustan los maderos
ni la gente con banderas,
ni la Virgen María,
ninguna ideología;
pero si sirve de algo,
yo pido libertad para los pigmeos,
que me dan aunque no los veo.

Agua. Si vienen a por mí, tú dame el agua.
Mientras, intentaré, a la vida, negociar
lo que tengo, lo que tú ya sabes...
lo que guardo bajo siete llaves.

Salgo a la calle desnudo,
nadie piense que es locura,
que con el ojo del culo
mido la temperatura.
Mientras la mayoría,
más terca cada día,
se ocupa de sus cosas,
yo pido...

Hace tanto que te espero
que he perdido la conciencia social
y ya no encuentro agarradero,
abandonado en esta ausencia global.
Desde que no te veo...
Concédeme un deseo:
si no es mucho pedir,
yo pido libertad para este minero
que quiere entrar en ese agujero.

Ardo. Te veo pasar y, ahí, me caliento y ardo,
y entro a hacer, en tus caderas, prospección.
Si me pierdo, dime adónde sale,
qué motivos son los principales;
que sólo el viento me sirve de guía
por los caminos de las utopías.

Sopla el viento sin parar
para que vuelva
y en el viento viene y va
una respuesta.

Estoy buscando una respuesta
que lleva el viento
y voy detrás de todas las tormentas
por si la encuentro.


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