martes, 31 de diciembre de 2013

Mi lista de 13 cosas buenas del 2013

Este mes de diciembre mi adorada Gordi nos ha pedido que escribamos cosas buenas en un blog que termina hoy mismo llamado 13 Cosas, en el que hemos ido poniendo todo lo que nos ha hecho felices en el 2013. Y eso he hecho, y lo ha publicado aquí, y tanto me ha gustado juntar las cosas que quiero tenerlas aquí también para leerlas los días de tormenta. Ojalá me pudiera traer también los comentarios que son estupendos.

Estas son mis 13 Cosas buenas del 2013:

1. Mi club de lectura, porque son geniales, cariñosos, generosos, brillantes, locos, porque me hacen la vida más divertida, porque saben hacer de cada votación un caos, porque me hacen sentir bien, porque me hacen sentir que soy parte de algo estupendo. Y por extensión sus parejas que tanto nos animan a que lo dejemos, o todo lo contrario. 

2. John Irving, como continuación de lo anterior, un descubrimiento tardío que ha conseguido evadirme de muchos malos momentos, que ha hecho que me ría un poco de toda esa gente que no para continuamente de decirnos cómo nos debemos comportar, qué es bueno y malo, qué es aceptable, a quién debemos amar y con quién nos debemos acostar. 

3. El Atleti, el gol de Miranda en la final de copa que me hizo llorar de ilusión, el gol de Diego Costa unos meses mas tarde que celebré con mi padre y una tabla de ibéricos en un palco del Bernabéu. 

4. Mis compañeros de trabajo, que me hicieron sentirme muy querido en uno de los peores días de mi vida. Como escribí hace siglos en el blog tener amigos en general es maravilloso, pero tener amigos en el trabajo es como encontrar agua en el desierto, como ligar con el guapo de la discoteca a las cinco de la mañana y que además sea inteligente, cariñoso y sensible, tener amigos en el trabajo es como un día de sol en pleno invierno. 

5. El nuevo disco de Extremoduro, que no es el mejor, vale, pero que a mí me siguen emocionando tanto como cuando tenía veinte años: “Quiero decirte en silencio que sobran palabras, que faltan momentos, que no siento nada, que vengo a buscarte y que nunca te encuentro”.

6. Llegar a los 40 y vivir para contarlo, llegar a los 40 con la depresión pasada, descubrir que los 40 es una edad cojonuda y que mi cabeza no es muy distinta de la de hace 20 años. Algo que no puedo decir de mi cuerpo, pero bueno, para eso me he apuntado otra vez al gimnasio. 

7. La guitarra eléctrica que me acabo de comprar y que tengo que aprender a tocar a pesar de mis oídos de corchopán. Que es una gilipollez pero que antes no la hubiera hecho. Tener el firme propósito de hacer a partir de ahora lo que me apetezca siempre que no sea ilegal o engorde (mucho). 

8. El ridículo que ha hecho el imbécil de mi alcalde con Eurovegas, saber que nuestro barrio seguirá siendo el mismo, que Alcorcón seguirá siendo la misma ciudad de siempre, porque como también escribí hace años yo quiero a Alcorcón y además mucho. Aquí crecí y estudié, hice a mis amigos y también a algunos perdí, me enamoré en sus bares y me rompieron el corazón en sus cafeterías, me emborraché en sus parques y vomité en sus aceras, perdí la virginidad y me casé, vi tropezar por primera vez a mi hijo y le vi aprender a levantarse. 

9. Rodríguez y Searching for Sugar Man, que me emocionaron hasta el tuétano que me enseñaron que puede ser duro y ser frágil al mismo tiempo, se puede ser sensible cuando todo lo que conoces está rodeado por la injusticia y la miseria, se puede ser tierno cuando las cosas van mal y se puede mirar hacia delante cuando lo que dejas a tu espalda es el fracaso. 

10. El mundo 2.0 que va dejando de serlo. La pequeña familia que hemos ido formando estos últimos años y que cristaliza en cosas tan chulas como este blog, en cenas en las que te mueres de risa, en correos electrónicos que te alegran el alma un día jodido, en canciones compartidas que son casi como un te quiero. 

11. D, que ganó el campeonato de judo de su gimnasio haciéndome sentir por unos momentos como la madre de la Pantoja. Mi sobrino M que cada día es más divertido y que me tiene loco. Mi sobrino A que está en camino y al que estoy deseando besar, abrazar y hacer socio del Atleti para que dentro de unos años vaya al estadio con su padre, su abuelo, su tío y sus primos. 

12. Mis hermanos, que no han dejado que me hunda ni un día por muy jodido que haya sido, y ha sido un año de muchos días jodidos. Mi padre, que sigue siendo el ancla al que todos tratamos de agarrarnos para no ir a la deriva cuando el viento sopla más fuerte que de costumbre. 

13. E, que ha sido fuerte y valiente, que también ha cumplido 40 y que sigue contra todo pronóstico a mi lado.

lunes, 9 de diciembre de 2013

El tuit de John Lennon


Esta mañana he leído este tuit de una persona (que prefiere mantenerse en el anonimato) a la que admiro y aprecio, sobre todo por su inteligencia y sentido del humor, a pesar de que ideológicamente somos polos opuestos:

Hoy hace 30 años que mataron a John Lennon. El que le mato, todavía está en la cárcel. Y ahora, imaginen como le hubiera ido en España.“

Yo sé lo que quiere decir, y tiene razón, si el zumbado de Chapman hubiera matado a John Lennon en Villanueva de los Infantes su representante estaría ahora mismo negociando el precio de una entrevista con Telecinco. Es así y es vergonzoso. Pero sabiendo cómo se las gastaba John Lennon es un tuit chocante, y mas al utilizar la palabra “imaginen”,tan suya, porque automáticamente me pongo a pensar que a John no le gustaría ni este mundo, ni España, ni los Estados Unidos. Y es que estamos hablando de un tipo que dijo: “Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día.“ Casi nada.

Por eso he contestado:

Imagine all the killers spending life in jail... Creo que a John Lennon no le gustaría esa letra.”

Una bobada medio en broma medio en serio que tiene una contestación lógica, no sabemos que pensaría John Lennon si pudiese contarlo, aunque seguramente su pacifismo se habría atenuado. Porque sí que sabemos lo qué piensa su viuda, no quiere ver al asesino de su marido libre, algo lógico, y debe ser lo mismo que sienten todos los familiares de las víctimas que ven como, de repente, unas decenas de malnacidos pasean por las mismas calles que ellos. Un horror.

Pero en el caso de John Lennon hay más, porque también he escuchado a su viuda estos días denunciarlo, desde que su marido murió decenas de miles de norteamericanos han muerto por armas de fuego. Lleva treinta años denunciándolo.

Es una barbaridad que no sabemos justificar desde nuestra óptica europea y de la que ya he hablado aquí. Por eso creo que mi comentario “en España afortunadamente cualquier pirado no puede comprar una pistola en el súper, no es oro todo lo que reluce.” era oportuno y en ningún momento estaba pensando en pirados (aka hijos de puta) que asesinan en el nombre de una bandera. Simplemente quería manifestar que, en algunas cosas, los EEUU no son muy ejemplares.

Y vuelve a ser una cuestión cultural y de concepto, porque según nuestra constitución “las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”, algo en la teoría estupendo, como muchas de las cosas vanas que dice nuestra carta magna, algo que deberíamos defender a las duras y a las maduras. Sin embargo, al otro lado del charco, o al menos eso me parece a mí, el concepto de justicia va más asociado al concepto de venganza y de satisfacción de la víctima, tanto es así que son capaces de freír la cabeza a un fulano delante de los familiares del asesinado. Es lo que hay, por mucho que a mí me parezca asqueroso e inhumano.

Esta mañana sólo quería dar a entender eso, nada más, no estaba pensando en doctrinas Parot ni en nada por el estilo. Aunque también tengo una opinión al respecto, que tal vez no tendría si a mi padre le hubieran pegado un tiro, porque imagino que en ese caso pensaría hasta en tomarme la justicia por mi mano, algo que afortunadamente nuestras leyes tratarían de impedir. Por eso mismo opino que las leyes se deben cumplir, nos gusten o no y que es una vergüenza que sea el propio gobierno, éste o el anterior, el tramposo, por muy repugnante que sea ver a toda esa gentuza en la calle, porque si no somos mejores que ellos, si no somos ejemplares, entonces nos habrán ganado, y si las leyes son malas se deben cambiar para que estas cosas no vuelvan a pasar, aunque duela.

Y eso es perfectamente compatible, y ahora no me estoy dirigiendo al autor del tuit, con que ver a esos cabrones libres me joda y me duela, algo también muy propio de este país en el que o eres mi amigo o estás contra mí.


Qué pena.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Las lunas de Júpiter


Este mes en el Club de Lectura 2.0 hemos leído “Las lunas de Júpiter” de Alice Munro, flamante ganadora del premio Nobel. La verdad es que esta buena mujer escribir, lo que se dice escribir, escribe muy bien, pero que muy bonito, otra cosa es que esta serie de relatos cortos no cuente nada, pero qué bonitos oye. Y prometo por la mano incorrupta de John Irving que yo he puesto de mi parte, que hasta me he leído algunos de ellos dos veces, pero nada, mi cerebro ha retenido menos que la vejiga de Concha Velasco, ¿y por qué? os preguntaréis, pues porque este libro no cuenta absolutamente nada interesante, está más hueco que un buñuelo de viento, es tan vano y tan vacío pero tan bello que se ha ganado por unanimidad el primer premio del Certamen de Literatura Sofía Mazagatos.

Dicho todo esto, y es bastante más que lo que el libro merece, debería despedirme y terminar el post aquí, pero claro, no estaría a la altura de lo que este glorioso club espera de mí, así que tendré que contar algunas cosas más. La primera es que el libro nos habla de la vida de varias mujeres en Canadá, un país maravilloso en el que debe hacer un frío de mil demonios, tal vez por eso esta mujer y sus protagonistas son tan planas, porque se les ha escarchado la sangre en las venas, y mira que Alice se empeña en que parezca que sus vidas son chungas de la muerte, pero “nasti de plasti”, dan pena pero más por pavas que por otra cosa, sus tribulaciones son tan interesantes como detenerse a mirar como crecen los pelos del pecho y la acción tan trepidante como ver saltar a la comba a las dos neuronas que habitan en el cerebro de Ana Botella.

Pero no todo es malo, por lo menos es un libro corto, solo doscientas y pico páginas que me han ayudado a comprender ciertos conceptos de la relatividad, del espacio y del tiempo. Está claro que si Einstein hubiera tenido a mano este libro, hubiera demostrado en medio segundo que el concepto de espacio y tiempo no puede entenderse como algo plano, porque leerlo acorta la vida y estira el tiempo; además, los cabezazos que he pegado durante su lectura explican de manera empírica la teoría de la relatividad especial que trata de la física del movimiento de los cuerpos en ausencia de fuerzas gravitatorias. Si no tengo una almohada a mano juro que me hubiese desnucado y nunca nadie os habría contado esto. Por cierto, ¿os he hablado ya de Canadá? Está lleno de castores, son unos animalitos muy simpáticos.

Volviendo al libro, hay que dar a Alice, que es una escritora estupenda, el mérito que tiene, porque ha conseguido vivir del cuento, algo que yo nunca conseguiré, tal vez porque Alcorcón no es Ontario y yo no he nacido en una granja en la que aprender a relatar historias de gente atrapada en el tiempo, de perdedores absolutos a los que se les escapa la vida a base de consumir monotonía, algo que para Alice debe ser un drama vital jodidísimo que no sabe transmitir al sufrido lector que, si tiene dos dedos de frente, pasará de sus personajes y acabará los relatos con la única esperanza de ver si se tiran desde la torre más alta de Toronto, esa desde la que se ve Toronto entero. Porque ese es el mayor problema de este género, que se queda en nada, que no te da tiempo ni a engancharte a una historia ni a tomar simpatía por los personajes, por mucho empeño que pongas.

Por eso, os recomiendo la lectura de cualquier otra cosa que no sean los relatos de esta buena mujer, me agradeceréis el consejo. Pero como para gustos los colores, y de eso sabemos mucho en este sufrido club, os recomiendo que leáis las reseñas de DesgraciaítoCarmenLivia y Bichejo, a lo mejor ellos, con su verbo fácil, son capaces de arrastraros por el camino que va de Winnipeg a Júpiter pasando por la perdición.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Por un plato de lentejas

Por un plato de lentejas le vendió Esaú a su hermano Jacob parte de su porvenir, por un plato de lentejas Jacob estaba dispuesto a aprovecharse de su hermano, es una historia estupenda, como casi todas las del Antiguo Testamento. Una historia que nos habla de lo que seríamos capaces de hacer cuando lo que está en juego es la propia supervivencia, porque Esaú renunció a lo que por derecho era suyo simplemente por sobrevivir otro día, porque de nada le servía lo material si estaba muerto y ese plato de lentejas representaba seguir viviendo. Una historia que también nos habla de lo mezquino que es el ser humano, de cómo alguien puede aprovecharse de la necesidad ajena en su propio beneficio, un beneficio puramente material, incluso si la persona que te pide ayuda es tu propio hermano.

Es escalofriante ver como varios milenios después algunos seguimos peleándonos y vendiéndonos por ese plato de lentejas, un plato de lentejas para nosotros y no por un puchero del que todos podamos comer; y es más que triste observar como algunos nos indignamos al ver como otros tratan de defender su supervivencia con todos los medios que tienen a su alcance, aunque temporalmente nos causen un perjuicio que está a años luz de su sufrimiento.

Porque además ellos no son los culpables, a pesar de que muchos los señalen con el dedo para que no se vea la propia porquería del acusador, utilizando todos los medios que tienen los poderosos a su alcance, mintiendo, manipulando y dividiendo todo lo que pueden a una sociedad dormida, tanto que casi sin darnos cuenta igualamos a víctimas y verdugos, al que pelea para no perder su piso y al que pelea para poder comprarse una casa de lujo en La Moraleja. Y lo consiguen.

Por eso el problema es que ya no los vemos como unos de los nuestros, el problema es que nos parece secundario lo que ellos van a padecer cuando lo comparamos con nuestro bienestar inmediato, el problema es que a algunos todo se lo perdonamos y consentimos, incluso cuando nos hacen comulgar con ruedas de molino, y a otros, que suelen ser los más débiles, los más castigados y los más indefensos, les exigimos un comportamiento intachable aún cuando lo que se están jugando son sus lentejas y las de sus hijos, un comportamiento, por cierto, que la mayoría no nos exigimos ni para nosotros mismos.

Y es de estar muy ciego no comprender que su lucha es la nuestra, que cuando ellos caigan no quedará más que desierto, un desierto en el que los trenes pasarán cada vez más tarde, peor mantenidos y oliendo a perros muertos, un desierto lleno de bolsas de basura recogidas en días alternos, un desierto en el que miles de muertos en vida harán cola esperando una operación que llegue antes de que sus huesos sean descarnados por los buitres, un desierto lleno de niños maleducados y medio analfabetos.

Entonces, llegados a ese punto, los que todavía sigan en pie, disfrutando de sus vidas intactas se aislarán en un gueto y hablarán de caridad con los que ahora, a costa de su sueldo, muertos de miedo y pasando noches en vela pendientes de su futuro, defienden el plato de lentejas de su familia con uñas y dientes porque están en su derecho.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Doña Perfecta

Este mes en el Club de Lectura 2.0 nos hemos leído “Doña Perfecta”, una novela maravillosa de Benito Pérez Galdós. Un libro que recuerdo siempre rodando por las estanterías de la casa de mis padres hasta que lo acabé leyendo con apenas quince años y del que nada recordaba. Y no me extraña, porque mi yo imberbe de entonces era poco pollo para tanta Doña, yo creo que no debí entender casi nada. Como casi siempre, tengo que avisar que a partir de ahora el que quiera seguir leyendo lo haga sabiendo que es imposible hablar de “Doña Perfecta” sin destripar su trama, así que si no habéis leído el libro yo pararía de leer este post aquí porque la novela merece la pena.

No sé bien si “Doña Perfecta” pertenece al genero costumbrista o al realista, o a los dos a la vez, porque aunque la novela describe con precisión de cirujano la realidad de la España del siglo XIX, vista hoy, con ojos disléxicos(1), queda una representación un tanto teatral de esas dos Españas tan arraigadas y tan difíciles de hermanar. No hay que olvidar que “Doña Perfecta” está escrita en 1876, una fecha más cercana al 36 que el año en el que vivimos, justo el año en el que terminaban las Guerras Carlistas. Y es que, sin poner en duda que hemos avanzado mucho, queda en nosotros mucho de lo que Galdós con contaba en esta historia de buenos y de malos, de tradicionalismo frente al incipiente liberalismo, de falsas apariencias y de sentimientos exacerbados que son capaces de culminar en un frío asesinato.

Algo que al principio del libro nadie imaginaría, cuando vemos al pobre Pepe Rey llegar a Orbajosa para casarse con su prima Rosario, que las cosas llegarían tan lejos, un matrimonio que han pactado sus padres como forma de unir fortunas, un matrimonio que resulta a priori desigual entre un hombre culto y de ya cierta edad, ingeniero educado en Madrid, y una joven que no conoce más vida que la que encierran los muros de Orbajosa. Con este punto de partida Galdos va desarrollando los hechos de una forma magistral, con una sencillez que sólo puede enmascarar en parte lo florido de su lenguaje típico del XIX, poco a poco vamos viendo cómo caen las máscaras hasta que cada uno de ellos se muestra tal cual es, por convicción o por dejarse llevar por los más perversos instintos humanos.

Vemos como Rey cae en una telaraña de incomprensión una vez que de manera inocente revela con naturalidad su naturaleza de hombre de progreso, algo que ni su tía ni su cómplice Inocencio el Penitenciario, cura del pueblo están dispuestos a permitir cohabitar en su mundo tradicionalista y de cómodo aislamiento. Esto es parte fundamental de la obra, y de la España rural y conservadora de entonces, la resistencia a reconocer lo de fuera, empezando por la ley que se rige por una suerte de derecho consuetudinario basado en la autoridad moral de la iglesia y en el ojo por ojo, de manera que al final de la novela nadie sale verdaderamente ganando.

Un mundo de clientelismo, de matones dispuestos a tomar las armas para defender lo que creen justo, dejándose llevar como marionetas por personajes oscuros y mezquinos, tan ruines como Inocencio y su sobrina María Remedios, que no buscan más que su beneficio personal al frustrar ese matrimonio. Vemos a los buenos caer en el juego de los malos, sacando la parte oscura que todos llevamos dentro, sabiendo que ganar de esa manera es perderse, pero asumiendo el riesgo. Vemos a los malos despojarse de toda humanidad, tratando de conseguir la victoria para su causa a cualquier precio, y vemos como después de cometer su abyecto crimen tratar de lavar su conciencia con misas y con dinero. Porque ese es parte del dilema, saberse malo cuando uno creía que era bueno.

Es difícil no caer en la tentación de comparar la España de entonces con la de ahora, terriblemente difícil, sobre todo cuando vemos cada día reproducirse ese tipo de comportamiento, por eso se puede decir que pese a los años que tiene “Doña Perfecta” es una novela actual, que mantiene intacto su mensaje social y que francamente os recomiendo.

Podréis encontrar otras fantásticas reseñas aquí: DesgraciaítoCarmenLivia y Bichejo , no os las perdáis.

(1) Quien descubra el porqué de esa dislexia tendrá post de premio.

jueves, 3 de octubre de 2013

Plataformas y terremotos

Estos días leo los periódicos y la veo, miro los noticieros y ahí esta, aguantando el batir de las olas, los terremotos e incluso las cagadas de las gaviotas. Y no me lo creo.

Tampoco me creo que esa plataforma en el mar forme ya parte de mi vida, de casi tres años de mi vida, que en ella haya algo de mí, de lo mejor de mí, de mis conocimientos, de todo ese sudor, lágrimas y sinsabores que resumen el trabajo de ingeniero. Me imagino todavía subido a ella, mirando fijamente al mar, abrumado por la responsabilidad pero orgulloso de estar haciendo algo bueno y necesario.

Antes de seguir que quede claro que yo hablo como técnico, que a mí cuando trabajo y diseño el dinero me preocupa lo justo, porque tengo clarísimo que lo principal es que las cosas cumplan con su función de una manera segura y que una vez conseguido eso tenemos un fabuloso departamento de compras que se encarga de que el proyecto entre en el presupuesto. Siempre hay un tira y afloja entre lo que uno piensa que es necesario y lo que dice la normativa o un contrato, y como hablamos de mucho dinero cada elemento que se decide instalar se debe justificar, incluyendo todos los sistemas de seguridad. Nosotros, los ingenieros, tratamos de seguir lo que llamamos buenas prácticas de ingeniería, que en muchas ocasiones van más allá de la normativa y nos llevamos grandes berrinches para que se compre ese elemento que consideramos tan necesario.

Pero en esta ocasión no fue así, esta vez no se ha escatimado nada en seguridad, es más, se ha ido siempre más allá para garantizar que no habría problemas, no hace falta que nadie me lo cuente, muchos los he comprado yo mismo y he comprobado que todo funcionaba correctamente en campo. Y, de repente, la tierra se pone a temblar y todo se va al garete, no me lo creo, de la misma manera que no me puedo creer que haya habido mala fe o que alguien haya escondido un mal informe geotécnico, sinceramente creo que nadie sabe qué está pasando y que nos quedan semanas de escuchar a sesudos genios y políticos echándose mierda los unos a los otros y sacando conclusiones de ingeniero de obra acabada, mis queridos colegas saben de qué estoy hablando.

Inyectar gas en un yacimiento de petróleo agotado no es un invento nuevo. En España existe otra plataforma que hace lo mismo y nada ha pasado y nadie se ha quejado. Tampoco tiene nada que ver con el famoso fracking, aquí no se inyecta nada para extraer gas, aquí se toma gas de la red y se guarda en el yacimiento, que no es una caverna hueca, como la mayoría debe pensar, es una roca porosa, parecida a una esponja, en cuyos intersticios queda acumulado el gas inyectado, unos huecos que en sus momentos ocupó el crudo y que soportaron la presión sin problemas. Que los cambios de tensión en la roca provocarían pequeños seísmos era algo con lo que se contaba, que algo más está pasando está claro, que nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que pasa, pues seguro. ¿Que qué haría yo si fuese vecino de la zona? Pues irme a dar golpes a una cacerola en la plaza del ayuntamiento para que parasen el proyecto de inmediato.

Lo increíble es leer todas las cosas absurdas que estoy leyendo y escuchando, algunas divertidas por lo estúpidas, como por ejemplo que están haciendo pruebas de vaya usted a saber qué los americanos. Esto es lo que es, un almacenamiento de gas natural, y punto profundo, esa fuente de energía que consumimos en casa para hacer la comida y calentar el agua con la que nos bañamos y llenamos los radiadores con los que nos calentamos, de las centrales eléctricas con turbinas de gas y de su uso industrial ya ni hablamos. Un gas que tenemos que importar de fuera, a no ser que queramos todos el fracking de repente, y no, seguro que ninguno lo queremos. Además, curiosamente, el gas que importamos viene de países conflictivos que no garantizan el suministro de una forma fiable, por tanto no parece mala idea guardar ese gas y, mierda, ese gas tiene la manía de ocupar mucho volumen cuando no está licuado. Si piensas en todo esto, tener un poquito de gas por si algo pasa en mitad del invierno no parece tan descabellado.

Por eso me revienta que cualquiera clame en contra del almacenamiento cuando vive en un país del primer mundo que derrocha energía y que seguro que no quiere hacer el esfuerzo de cambiar radicalmente sus hábitos de vida para no tener que jugársela con la naturaleza que, además, es bastante hija de puta cuando le tocas las narices como estamos comprobando. Porque ese es el debate de fondo, queremos agua caliente, calefacción y electricidad, queremos tener disponible toda la energía que necesitemos, mejor si es barata, y no queremos pagar el precio que eso conlleva. No queremos nucleares, ni almacenar gas, queremos energías limpias pero no queremos, o podemos, pagar el coste que eso conlleva si no lo subvencionamos, y tampoco nos gustan las subvenciones, claro.

Pues es lo que hay, estamos atrapados. Y claro que a la sombra de todo esto existen cabrones que sólo van a pillar cacho, pero hay algo más gordo de fondo, que nos debería hacer pensar que hay al otro lado del enchufe cada vez que cargamos el móvil y cada vez que bajamos un grado el aire acondicionado.

martes, 1 de octubre de 2013

Como una novela

Este mes, los componentes del Club de Lectura 2.0 hemos leído "Como una novela" de Daniel Pennac, un ensayo ligero que trata sobre la propia lectura. Yo soy un gran admirador de Pennac porque he disfrutado de unas horas muy entretenidas leyendo las novelas de la saga de la familia Malaussène, las cuales recomiendo con mi fervor habitual, y no le conocía esta faceta de ensayista.
 
"Como una novela", como ya he avanzado, habla de la lectura, de cómo empezamos a leer, de la obligación que imponemos a nuestros hijos de leer, de lo contraproducente que es, de los derechos de los lectores cuando enfrentan un libro, derechos que, curiosamente, cuando somos adultos nos parecen fundamentales pero que son pura ciencia ficción si pensamos en nuestras obligaciones lectoras de la adolescencia. El inicio del libro ya es toda una declaración de intenciones:
 
"El verbo leer no soporta el imperativo. Aversión que comparte con otros verbos: el verbo «amar»..., el verbo «soñar»... Claro que siempre se puede intentar. Adelante: «¡Ámame!» «¡Sueña!» «¡Lee!» «¡Lee! ¡Pero lee de una vez, te ordeno que leas, caramba!» -¡Sube a tu cuarto y lee! ¿Resultado? Ninguno."
 
Leer es un fin en si mismo y no un medio. Nos exhorta a disfrutar de la lectura por el puro placer de leer y no por la búsqueda de un resultado, nos invita a leer en voz alta para dar vida a esas palabras, para animar una historia, un pensamiento, una idea, nos hace creer que leer es suficiente alimento para saciar nuestra necesidad de conocer, y sobre todo abunda en que hay que perder el miedo a la lectura, a no comprender lo que se lee, a dejar que el veneno de la lectura nos cale como lluvia fina, porque cuando estemos empapados no nos conformaremos con los sucedáneos que nos proporcionan medios como la televisión, que nos libran de esforzarnos pero que por eso mismo nos dejan un sentimiento hueco.
 
Pero siendo éste el tema principal del libro, Pennac toca muchos otros palos, y da algunos más, criticando una forma de enseñanza que se centra en buscar alumnos clónicos que repitan como un mantra lo que esperamos escuchar de ellos, criticando a una industria del libro que ha hecho de este un mero producto de consumo, en el que se juega con modas, temas y formatos, de manera que un libro se convierte en algo banal y efímero.
 
El libro termina enumerando los derechos de los lectores, algo que como he dicho parece más evidente según envejecemos, porque esa es otra reflexión de Pennac, que los libros tienen su momento en la vida, o incluso pueden no tenerlo jamás, porque los que envejecemos somos nosotros y no los libros.
 
En materia de lectura, nosotros, «lectores», nos permitimos todos los derechos, comenzando por aquellos que negamos a los jóvenes a los que pretendemos iniciar en la lectura:
  1. El derecho a no leer.
  2. El derecho a saltamos las páginas.
  3. El derecho a no terminar un libro.
  4. El derecho a releer.
  5. El derecho a leer cualquier cosa.
  6. El derecho al bovarismo.
  7. El derecho a leer en cualquier sitio.
  8. El derecho a hojear.
  9. El derecho a leer en voz alta.
  10. El derecho a callamos.
 
Y termino copiando el párrafo que más me ha gustado del libro, lleno de existencialismo:
 
"El hombre construye casas porque está vivo, pero escribe libros porque se sabe mortal. Vive en grupo porque es gregario, pero lee porque se sabe solo. Esta lectura es para él una compañía que no ocupa el lugar de ninguna otra pero que ninguna otra compañía podría sustituir. No le ofrece ninguna explicación definitiva sobre su destino pero teje una apretada red de connivencias que expresan la paradójica dicha de vivir a la vez que iluminan la absurdidad trágica de la vida. De manera que nuestras razones para leer son tan extrañas como nuestras razones para vivir."
 
Porque se puede vivir sin leer pero no se puede leer sin estar vivo, sin sentirse vivo.
 
Podréis encontrar otras reseñas aquí: DesgraciaítoCarmenLivia, Bich sigue sin blog y publicará en el propio blog del club, no os las perdáis.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La Última Noche en Twisted River





Este mes, los componentes del Club de Lectura 2.0 hemos tenido la suerte de leer “La Última Noche en Twisted River” de John Irving, una novela maravillosa, aunque algunos de mis compañeros del Club tratarán de convenceros de lo contrario. Este mes, debido a las últimas críticas recibidas comparándome con Jack el Destripador, voy a intentar no contar nada fundamental de la trama, pero yo como siempre aviso, por si acaso.
 
 
Poco o nada conocía de Irving, salvo la adaptación al cine de su propia novela “Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra”, llamada aquí “Las Normas de la Casa de la Sidra”, y sí, me gustó mucho, pero sobre todo porque me enamoré hasta las trancas de Charlize Theron, que todo hay que decirlo. Tan alucinado he terminado que he decidido sumergirme a fondo en lo que podríamos llamar el “Universo Irving”, y aconsejado por mi compañera de lecturas Bich, me he leído del tirón “Hasta que te encuentre” y ya en pleno frenesí lector “El hotel New Hampshire”, donde, efectivamente, he podido encontrar muchos lugares comunes que forman parte de los traumas y obsesiones del autor, más tarde hablaré de ellos.
 
“La Última Noche en Twisted River” es la historia de una huida, de una carrera contra la distancia y el tiempo. Es una historia que nunca se tendría que haber producido y que debería haber terminado antes de empezar porque es lo que nos dice la lógica, que las cosas nunca deberían haber llegado tan lejos, y eso, que muchos utilizarán en contra de Irving, es lo más maravilloso de todo. Es increíble como la historia no se concibe como algo lineal, sino como algo circular, o espiral, como si la historia viajara en un tren en el que los vagones van enganchados por un muelle a la locomotora, de manera que mientras que esta ha llegado a la siguiente estación los vagones siguen recorriendo su camino.
 
Por eso no es importante lo que pasa, es tan poco importante que hechos trascendentes son anticipados en el momento más inesperado, y es así porque Irving no necesita de golpes de efecto para mantener la tensión, aquí lo importante es cómo pasa, entender por qué pasa, asumir que las cosas tienen que terminar por pasar, que huir es inútil, que muchas veces no se puede luchar contra el destino.
 
Me ha impresionado profundamente la capacidad de Irving de crear un universo complejo alrededor de la trama. No es sólo la cantidad de personajes que forman parte de la historia, es sobre todo cómo los desarrolla, como hace que vayan entrando en la narración sin ánimo de rellenar espacio, al contrario, todos tienen su importancia en la historia, todos tarde o temprano cobrarán protagonismo, porque si están ahí es por algo, si algo caracteriza a Irving es que nunca da puntada sin hilo. Y cuando digo complejo no me refiero sólo a una cuestión cuantitativa, me refiero sobre todo a que este universo es multirracial, multicultural y libre.
 
Libre en el sentido de denunciar a una sociedad opresora que se encarga continuamente de decirnos cómo nos debemos comportar, qué es bueno y malo, qué es aceptable, a quién debemos amar y con quién nos debemos acostar. Si esto lo mezclamos con sus obsesiones personales, centradas básicamente en la búsqueda de la figura paterna, la iniciación sexual temprana de los adolescentes por un adulto y los lugares comunes de sus novelas (Maine, Iowa, Boston y Toronto), tenemos una mezcla fascinante propia de un genio loco. Tal vez Irving no sea el mejor escritor del mundo, tal vez no desprenda glamour, pero es autentico, tiene alma y no puede dejar a nadie indiferente.
 
“La Última Noche en Twisted River” me ha dejado huérfano al terminar de leerlo, he sentido con fuerza la sensación de pérdida de algo tan maravilloso que había hecho mío, y eso no es algo que se sienta muchas veces, así que no me queda más remedio que recomendarlo, sobre todo si sois idealistas y no necesitáis que el fin justifique los medios, si os gustan los detalles y lo poco convencional. A mi me ha encantado.
 
Podréis encontrar otras reseñas aquí: Desgraciaíto, Carmen, Livia, Bich anda sin blog y publicará en el propio blog del club, no os la perdáis.

lunes, 26 de agosto de 2013

Para E

Cuando nos conocimos nos odiamos al instante, ni ella entraba en mis planes ni yo en los suyos, hace ya de eso media vida y media vida es mucho tiempo.
 
Pero las cosas son como terminan, porque los planes a los veinte años son dibujos en la arena que borra el mar y los caminos que se separan muchas veces tras varias curvas vuelven a ser convergentes. Y nosotros, sin saberlo, íbamos a terminar cruzándonos para no separarnos más.
 
De la forma más inesperada, tejiendo hilos invisibles en noches en las que bebíamos como si no fuera a haber un mañana, con amaneceres en un parque muertos de frío después de habernos desnudado, pero solo por dentro. Espantándonos novios, mandándonos muchas veces a la mierda, queriéndonos más de lo que uno puede confesar a otro si no te atreves a terminar susurrando un te quiero.
 
Siendo absurdos hasta el infinito, hasta casi perdernos, despertando a la realidad justo antes de caer en un abismo en el que esperábamos ser salvados por otros brazos, recuperando el tiempo perdido muy deprisa, convalidándonos asignaturas que nos sabíamos de memoria aunque nunca nos hubiéramos examinado.
 
Hasta llegar a hoy, sin que nadie aportase por nosotros, juntos desde nuestra profunda diferencia, haciendo piruetas mortales en el alambre de nuestra mutua incomprensión, pero juntos al fin y al cabo, en los buenos momentos y en los malos, en la vida y en la muerte, que de las dos cosas hemos aprendido, construyendo nuestra historia imposible, para todos menos para nosotros.
 
E cumple cuarenta, aunque nadie lo diría, un cumpleaños doloroso que no admite celebraciones, un cumpleaños que aprovecharé para darle todo ese cariño que merece y que muchas veces se queda a medio camino sepultado por la rutina de lo cotidiano, una cifra redonda para decirle que es a su lado donde quiero estar, porque la necesito hoy más que nunca, porque E es mi vida, mi familia, mi sangre y la quiero.

jueves, 1 de agosto de 2013

Jane Eyre


Este mes en el Club de Lectura 2.0 hemos leído Jane Eyre de Charlotte Bronte, una de las obras clave de la novela romántica inglesa. Nunca la había leído antes, tampoco había visto ninguna de sus numerosas adaptaciones cinematográficas, y la única aproximación que tenía sobre la misma es la primera novela de la saga de Thursday Next de Jasper Fforde llamada "El caso Jane Eyre", la cual he vuelto a hojear al terminar la original. El efecto es curioso. Pero toca hablar del original, porque conociendo a mis compañeros seguro que tendremos tiempo de entrar en el juego de la ciencia ficción aplicada a la propia escritura. Como siempre decimos, aquí se viene leído, así que si no quieres que te estropee el libro por favor no sigas leyendo.

Como decía, nunca había leído Jane Eyre, en parte por falta de interés y en parte por falta de oportunidad, a pesar de haber tenido siempre en casa un ejemplar del libro, situado en la estantería junto a un ejemplar de Cumbres Borrascosas, escrito por su hermana Emily. Siendo un crío elegí este último como iniciación al romanticismo y con su lectura murió el poco interés que me despertaba, con el resultado de que Jane durmió el sueño de los justos, tal vez injustamente. Si soy sincero creo que no estaba preparado para situar en su contexto a este tipo de novelas.

Jane Eyre es una buena novela, salvo su parte final que me parece un injerto desafortunado, aunque claro, estamos hablando de la madre de todos los culebrones. El libro tiene buen ritmo y es fácil de leer, su prosa es sencilla y no se pierde en farragosas descripciones que lastrarían el conjunto, Charlotte Bronte recrea de forma maravillosa ese ambiente íntimo y misterioso de las casas de campo que ocultan un misterio, ese mundo de penumbras roto por el crepitar de un fuego o la luz de unas velas, esas vidas paralelas que viven amos y sirvientes de forma sumisa, como si fuera imposible pensar que las cosas pudieran ser de otra manera.

No voy a entrar en muchos detalles de la historia, aunque va a ser imposible no hacerlo, porque me interesan más los personajes, especialmente el de Jane y algo menos el de Rochester. También me interesa el contexto y las relaciones entre las personas, me interesa contrastar la rigidez del puritanismo inglés con las ideas fracasadas, en parte debido a la oposición de este mismo conservadurismo, de una reciente revolución francesa. De esto hablaré en el Club de lectura.

Jane es una huérfana que, tras pasar por casa de una tía que la desprecia, acaba en un internado en el que conoce la miseria pero en el que adquiere un nivel cultural que le permite ganarse la vida, posteriormente, como institutriz. Tal vez esta frase no dice gran cosa, pero contiene la esencia de quién es Jane Eyre, un espíritu independiente, que no libre, que persigue su felicidad sin necesidad de someterse a nadie. Visto con los ojos de hoy parece poca cosa, pero visto con unos ojos de la primera mitad del siglo XIX es un planteamiento cuanto menos audaz. Pero no hay libertinaje en Jane, al contrario, ella quiere jugar en igualdad pero siguiendo las normas que tiene grabadas a sangre y fuego en su interior, normas derivadas de su férrea fe cristiana. Tal vez por eso mismo Jane es noble pero rebelde, es soñadora pero sin perder los pies del suelo y es valiente porque no tiene miedo a las consecuencias de ser fiel a sus principios, y eso es lo que más allá de su físico, supuestamente vulgar, enamora a los demás personajes de la novela y a sus lectores.

Rochester es un hombre de buena posición económica que, a pesar de ello, no deja de ser un alma torturada. Hijo menor de un hombre mezquino, es obligado por éste a casarse en Jamaica en busca de hacerse con la fortuna de su mujer, la cual enloquece al poco del matrimonio. La muerte de sus familiares hace que pase a heredar una fortuna, por lo que decide volver a Inglaterra y encerrar a su mujer en la mansión de Thornsfield oculta del mundo. Tras una vida de crápula por Europa, que parece más una forma de autocastigo que de liberación regresa a Inglaterra, donde conoce a Jane, que trabaja como institutriz de una posible hija natural de Rochester, Adele, con una amante francesa. Rochester aparece en el libro con 38 años, doblando la edad de Jane, y de vuelta de todo. Tiene un secreto inconfesable y la sensación de vivir una vida vacía, eso le hace arisco y poco accesible, sentimentalmente inestable, cansado de seguir una rutina que valora más el valor que los valores, harto de buscar un igual en el terreno intelectual. Es lo que encuentra en Jane, a pesar de la diferencia de edad y de posición, es lo que le hace volverse loco de amor (y aquí acepto el debate) para desafiar a Dios y a los hombres, e intentar un matrimonio imposible que se trunca en el mismo altar por la acusación de bigamia.

Para mí aquí debería terminar la novela, bien de manera trágica bien con la aceptación de ambos a vivir una vida de amantes a la fuga en nombre del amor, algo escandaloso para la época. Pero el amor pierde, y la novela también, que a partir de este momento se convierte en una acumulación de situaciones absurdas en las que Jane se transforma en rica heredera, descubre a unos primos que la habían albergado por azar cuando sola y desamparada huye de Rochester, porque ancha debe ser Castilla pero no Inglaterra, y está a punto de acabar en la India como misionera y esposa de uno de ellos.


Y una vez más aquí podría haber terminado la novela con un mínimo de sentido, pero no, Jane, un segundo antes de dar el sí a su primo, cree escuchar a Rochester llamarla y vuelve a buscarlo, encontrándolo viudo, ciego y manco, todo debido a un espantoso incendio en Thornsfield. Esta orgía almibarada culmina en boda, hijos y hasta en una recuperación milagrosa de la vista de Rochester. Aleluya. Leí los últimos párrafos con la esperanza de verle crecer una mano nueva pero parece que para Charlotte ese exceso anatómico ya era demasiado, una lástima. Sin embargo, debo decir que tan desafortunado final no empaña lo bueno que hay en esta novela, que es mucho. Si no la has leído todavía yo no lo dudaría, siempre y cuando estés dispuesto a despejar la mente y tratar de entender que esta novela va a cumplir doscientos años.

martes, 9 de julio de 2013

Canciones de película (los 80)

Como lo prometido es deuda, a petición de @ZoeRavenclaw , vuelvo a subir otro post de música de cine, esta vez de los 80. Aunque la verdad visto el éxito del anterior...

Pero lo haremos bien, vuelvo a comprometerme a escribir un post para el que gane, así que si siguen los mismos concursantes y la misma línea de peticiones me voy a ir montando ya el mismo post para películas de los 70. Vuelvo a moderar los comentarios y hay de plazo hasta que termine el jueves. Creo que esta vez es más fácil.

La lista de películas es:

  • Érase una vez en América
  • Cuenta conmigo
  • Good morning Vietnam
  • Mad Max, más allá de la cúpula del trueno
  • Regreso al futuro
  • Los inmortales
  • Panorama para matar
  • Un pez llamado Wanda
  • La chaqueta metálica
  • Cuando Harry encontró a Sally


1 Chuck Berry – Johnny B. Goode
2 Cole Porter – Night and Day
3 Duran Duran – A View to a Kill
4 The Rolling Stones – Paint it, Black
5  The Beach Boys – I Get Around
6 Queen – One Year of Love
7 Frank Sinatra – It Had to be You
8 Domenico Modugno - Nel blu, dipinto di blu 
9 Tina Turner – We Don't Need Another Hero 
10 Ben E. King – Stand by me

lunes, 8 de julio de 2013

Volverán las oscuras malandrinas

Volverán las oscuras malandrinas
en su balcón de Génova sus nidos a colgar,
y, otra vez, Sorayas y Cospedales
a votarlas llamarán;
pero aquéllas que el suelo recalificaban
con usura y dicha al desahuciar,
aquéllas que cobraron magros sobres...
ésas... ¡no gobernarán!
 
 
Volverán las túpidas madreselvas
de las cárceles las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aun más hermosas,
a Esperanza saludarán;
las querellas, ganadas del rojerío,
cuyas gotas escuchábamos llorar
a la Mato, con sus lágrimas de arpía...
ésas... ¡no escaparán!
 
 
Volverán de la rabia en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu dignidad, de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Rato ante su altar,
como ellos te han robado..., desengáñate:
¡así no te robarán!
 

Y que Bécquer me perdone

domingo, 7 de julio de 2013

Cleopatra


La antigüedad era una cosa muy chunga, pero chunga de narices, tan chunga debía ser que están todos muertos. No, en serio, en la antigüedad lo de envejecer estaba muy sobrevalorado, y si no que se lo pregunten a Cleopatra VII, Cleopatra para los amigos y la historia, última reina del Egipto Ptolemaico, una satrapía macedónica con capital en Alejandría, cuyo primer rey fue uno de los diádocos de Alejandro Magno, Ptolomeo I Sóter (el salvador). Cleopatra era hija de Ptolomeo XII Auletes (el que toca la flauta), una mierda de sobrenombre, porque ya es triste que tu dinastía comience por el salvador y tú seas como Bartolo y acabes tocando la flauta de un agujero sólo.

Auletes, además de tocar la flauta, se dedicó a tocar las narices a su pueblo. Por lo visto era un pájaro que, mientras que la gente las pasaba moradas, se dedicaba a ir de fiesta, emborracharse y matar elefantes, perdón, a matar elefantes no, que me lío. Tan mal lo debió ver que pensó que era buena idea pedir a los romanos que le ayudasen a no perder el empleo, y los romanos encantados porque eran fáciles de sobornar para después, si hacía falta, decir si me has sobornado no me acuerdo. Por eso, untó de lo lindo a un tal Pompeyo y a un tal César, ¿os suenan?, el primero era rico y codicioso, el segundo listo pero más tieso que la mojama. Auletes se dejó así un ojo de la cara y la isla de Chipre, que ocuparon los romanos, para disgusto de los egipcios que no pensaron aquello de más se perdió en Cuba y se sublevaron. Son un pueblo de tradiciones estos egipcios.

Auletes se fue a Roma y esta vez ya tuvo que empeñar hasta los dientes de oro para que los romanos le reconociesen su derecho al trono... y nada más, porque no le prestaron ni un miserable soldado. Mientras, en Egipto, reinaba su hija mayor Berenice, nombre molón donde los haya, y mala hija si nos atenemos a las circunstancias. Auletes, como vio que en Roma no se comía un colín, se fue a Éfeso para sobornar al procónsul de Siria, que sí que le prestó un ejército con el que volvió a Egipto y le rebano el pescuezo a su díscola hija, nombrando poco tiempo antes de morir a Cleopatra corregente del Reino. Y se murió, y Cleopatra reinó a los 17 años, por la obra y gracia de Serapis, dios híbrido venerado por egipcios y macedonios junto, con su hermano y marido Ptolomeo XIII Filópator I (el que ama a su padre), nombre muy piadoso vistos los antecedentes familiares de los Ptolomeos.

En aquella época, ser rey de Egipto no equivalía a ser faraón, hasta que llegó Cleopatra, que era más lista que el hambre, con cierto don de gentes y que hablaba varios idiomas, entre ellos el egipcio antiguo. Eso le abrió el corazón de los sacerdotes, que la nombraron reina y faraona, y de paso le dieron su influencia y su dinero, pero las cosas no iban bien. Los hermanos se llevaban como el perro y el gato, el Nilo no se desbordaba como debía por lo que la gente de Alejandría pasaba hambre y los romanos les sacaban hasta los higadillos. Tan mal iba todo que los consejeros del rey el eunuco Potino y el general Aquilas hacen que Cleopatra tenga que exiliarse en Siria, donde busca la protección de los romanos.

Los romanos tampoco pasaban por su mejor momento. César había derrotado a Pompeyo en Farsalia y éste corrió a buscar refugio a Egipto donde el Filópator I le cortó la cabeza para mandársela a César. Un error enorme del chaval, porque los romanos se podían cortar la cabeza entre ellos pero no iban a consentir que un extranjero se tomase la justicia por su mano por muy fugitivo que fuera Pompeyo. Así que César se presentó con un pequeño ejército en Alejandría a ver qué pasaba, de momento no iba a cargarse al chaval pero le tomó la matrícula. Además de general victorioso, César era el testamentario de Auletes, que había encargado a Roma velar por el cumplimiento de su testamento y por el bien de Egipto, sabiendo todos que eso suponía que el gobierno de facto en Egipto era de los romanos, y los romanos de donde entraban ya no se iban jamás.

César consiguió forzar un acuerdo entre los cuatro hermanos que quedaban, Ptolomeo XIII y Cleopatra gobernarían en Egipto, mientras que los hermanos menores Ptolomeo XIV Filópator II y Arsinoe IV gobernarían en Chipre. Dicen las malas lenguas que por entonces César y Cleopatra eran algo más que amigos y residentes en Alejandría, por lo que Filópator el mayor se sublevó junto con Arsinoe, que no se quedaba atrás de ninguno de sus hermanos si lo que estaba en juego era un cetro real. Reunieron un ejército que por poco no derrota a los acorralados amantes, pero al final César consigue algunos refuerzos y se lleva la victoria. En la huida la barcaza de Filópator encalla y éste muere ahogado, y voy yo y me lo creo, mientras que Arsinoe es mandada a Roma como prisionera de César. De esa manera Cleopatra, con la protección de César queda como reina indiscutible de Egipto y se casa con su segundo hermano, un niño de 10 años.

Cleopatra está plenamente enamorada del aura de César, al que considera casi como un Dios, tanto es así que tiene un hijo con él, Ptolomeo XV Cesarión. César también está encantado de la vida en Alejandría, pero ser el primer hombre de Roma es algo complicado y pronto debe partir a combatir y derrotar a Farnaces rey del Ponto. Tras ello, vuelve a Roma a donde le sigue Cleopatra que vive allí como concubina suya, para escándalo de los romanos que nunca la aceptan y ningunean cuanto pueden. Eso incluye a Calpurnia, la mujer de César, y a su amante, Servilia (madre de Bruto y hermana de Catón el joven), porque según la mentalidad romana cuernos extranjeros eran menos cuernos, y, además, hasta una reina egipcia era inferior a la última de las romanas. Eran orgullosos estos romanos.

Para colmo, ningún rey podía entrar en Roma, aunque fuese un rey de importación, por lo que la pobre Cleopatra vivía en las afueras de Roma más aburrida que una ostra sin poder ir a los espectáculos y teniéndose que conformar con las escasas visitas que César podía hacerle, porque las cosas no le iban muy bien a él tampoco. Sus enemigos políticos le hacían la vida imposible, tanto que un día con un poco de mala uva le asestan 23 puñaladas contra las que no puede hacer otra cosa que morirse y convertirse en dios  Si ya os advertí que la antigüedad era algo muy chungo. Cleopatra, con el corazón partío y muerta de miedo, se vuelve a Egipto con Cesarión, aunque todavía no había dicho su última palabra.

viernes, 5 de julio de 2013

Canciones de película (los 90)


Estaba preparando un post sobre lo buenísimas que eran antes las bandas sonoras de las películas (que en ello estoy y lo terminaré haciendo) y mientras miraba y escuchaba unas y otras me ha ido dando un pequeño ataque de nostalgia, pero de buen rollo, de recordar con cariño canciones que aparecían en las películas de los (a)dorados años 90. Creo que fue una década de películas inolvidables que marcaron a los que ahora tenemos cuarenta.

Por eso, me he entretenido en buscar canciones, que éstas sí que son de todos los tiempos, que formaban parte de sus bandas sonoras y casi de mi vida, porque todas estas películas por algún motivo u otro son especiales para mí. Así que os propongo un pequeño juego, pero sin mirarlo por ahí, tiene que ser de manera espontánea y sin hacer trampas. Escucháis las canciones y escribís las películas en las que aparecen en los comentarios. Yo creo que no es muy difícil así que animaos.

Como premio me comprometo a escribir un post el martes que viene del tema que me proponga y en el tono que me proponga el ganador, en este blog o si quiere y tiene en el suyo, que hay gente para todo. Pondré la moderación de comentarios y en caso de que haya más de un acertante lo echaré a suertes el lunes por la mañana. Aquí os dejo la lista de películas y detrás las canciones. A por ellas.
  • Fargo 
  • Pulp Fiction
  • Cadena Perpetua
  • Atrapado en el tiempo
  • LA Confidential
  • El gran Lebowsky
  • Atrapado por su pasado
  • En el nombre del padre
  • Las aventuras de Priscilla reina del desierto
  • Persiguiendo a Amy
RECTIFICO: Gana el que más acierte, o el que se atreva a jugar o a este paso el que renuncie con más estilo :___)

1 The Kinks - Dedicated follower of fashion

 2 The Hang Ups – Jump Start

 3 CCR – Looking Out My Backdoor

 4 Jackie Gleason- But not for me (A falta de encontrar el original nos conformaremos con Ella Fitzgerald que no es moco de pavo)

 5 Al Green -Let's Stay Together

6 Johnny Otis - Willie and The Hand Jive (Aquí sólo he encontrado una versión del gran George Thorogood)

7 Ce Ce Peniston – Finally

8 Santana – Oye como va

9 Tony Orlando - Tie a Yellow Ribbon Round the Ole Oak Tree
10 Sonny and Cher – I got you babe