domingo, 1 de septiembre de 2013

La Última Noche en Twisted River





Este mes, los componentes del Club de Lectura 2.0 hemos tenido la suerte de leer “La Última Noche en Twisted River” de John Irving, una novela maravillosa, aunque algunos de mis compañeros del Club tratarán de convenceros de lo contrario. Este mes, debido a las últimas críticas recibidas comparándome con Jack el Destripador, voy a intentar no contar nada fundamental de la trama, pero yo como siempre aviso, por si acaso.
 
 
Poco o nada conocía de Irving, salvo la adaptación al cine de su propia novela “Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra”, llamada aquí “Las Normas de la Casa de la Sidra”, y sí, me gustó mucho, pero sobre todo porque me enamoré hasta las trancas de Charlize Theron, que todo hay que decirlo. Tan alucinado he terminado que he decidido sumergirme a fondo en lo que podríamos llamar el “Universo Irving”, y aconsejado por mi compañera de lecturas Bich, me he leído del tirón “Hasta que te encuentre” y ya en pleno frenesí lector “El hotel New Hampshire”, donde, efectivamente, he podido encontrar muchos lugares comunes que forman parte de los traumas y obsesiones del autor, más tarde hablaré de ellos.
 
“La Última Noche en Twisted River” es la historia de una huida, de una carrera contra la distancia y el tiempo. Es una historia que nunca se tendría que haber producido y que debería haber terminado antes de empezar porque es lo que nos dice la lógica, que las cosas nunca deberían haber llegado tan lejos, y eso, que muchos utilizarán en contra de Irving, es lo más maravilloso de todo. Es increíble como la historia no se concibe como algo lineal, sino como algo circular, o espiral, como si la historia viajara en un tren en el que los vagones van enganchados por un muelle a la locomotora, de manera que mientras que esta ha llegado a la siguiente estación los vagones siguen recorriendo su camino.
 
Por eso no es importante lo que pasa, es tan poco importante que hechos trascendentes son anticipados en el momento más inesperado, y es así porque Irving no necesita de golpes de efecto para mantener la tensión, aquí lo importante es cómo pasa, entender por qué pasa, asumir que las cosas tienen que terminar por pasar, que huir es inútil, que muchas veces no se puede luchar contra el destino.
 
Me ha impresionado profundamente la capacidad de Irving de crear un universo complejo alrededor de la trama. No es sólo la cantidad de personajes que forman parte de la historia, es sobre todo cómo los desarrolla, como hace que vayan entrando en la narración sin ánimo de rellenar espacio, al contrario, todos tienen su importancia en la historia, todos tarde o temprano cobrarán protagonismo, porque si están ahí es por algo, si algo caracteriza a Irving es que nunca da puntada sin hilo. Y cuando digo complejo no me refiero sólo a una cuestión cuantitativa, me refiero sobre todo a que este universo es multirracial, multicultural y libre.
 
Libre en el sentido de denunciar a una sociedad opresora que se encarga continuamente de decirnos cómo nos debemos comportar, qué es bueno y malo, qué es aceptable, a quién debemos amar y con quién nos debemos acostar. Si esto lo mezclamos con sus obsesiones personales, centradas básicamente en la búsqueda de la figura paterna, la iniciación sexual temprana de los adolescentes por un adulto y los lugares comunes de sus novelas (Maine, Iowa, Boston y Toronto), tenemos una mezcla fascinante propia de un genio loco. Tal vez Irving no sea el mejor escritor del mundo, tal vez no desprenda glamour, pero es autentico, tiene alma y no puede dejar a nadie indiferente.
 
“La Última Noche en Twisted River” me ha dejado huérfano al terminar de leerlo, he sentido con fuerza la sensación de pérdida de algo tan maravilloso que había hecho mío, y eso no es algo que se sienta muchas veces, así que no me queda más remedio que recomendarlo, sobre todo si sois idealistas y no necesitáis que el fin justifique los medios, si os gustan los detalles y lo poco convencional. A mi me ha encantado.
 
Podréis encontrar otras reseñas aquí: Desgraciaíto, Carmen, Livia, Bich anda sin blog y publicará en el propio blog del club, no os la perdáis.

5 comentarios:

El niño desgraciaíto dijo...

Pues debemos haber leído otro libro que se llama igual porque a mí me ha aburrido, me parece que sobran páginas y personajes por todas partes y me parecen absurdas sus descripciones de detalles absurdos.

Me alegra que te haya gustado tanto. Ojalá yo hubiera disfrutado de esa manera, pero, desgraciadamente, no me ha interesado lo más mínimo.

Carmen J. dijo...

Tienes razón en una cosa: no da puntada sin hilo. Lo que pasa es que, por el camino, le sale la producción de pantalones y camisetas de Zara de todo un año.

Yo creo que la trama es lo de menos, y que Irving habla del proceso creativo y hace un ejercicio de escritor, metiendo la novela en la novela y describiendo cómo se compone (o cómo compone él).

Yo también me alegro de que te haya gustado y que lo hayas disfrutado. En lo que a mí respecta, ya he tenido suficiente.

Newland23 dijo...

Creo que lo que para unos es absurdo para otros puede ser interesante, vamos, que lo digo sólo como una posibilidad :)

Al menos os agradezco que os alegréis por mi disfrute, de la misma manera que yo empatizo con vuestro sufrimiento.

B dijo...

Menos mal que por lo menos le ha gustado a uno, y no sólo eso sino que se ha enamorado y ya lleva tres...

Y poco más, que es un universo muy suyo, como el que tienen otros autores pero este un poquito más lleno de taras.

Me ha gustado pero tú me superas, de lejos.

Anónimo dijo...

Irving es el autor favorito (o uno de los favoritos) de GordiPe, y a mí eso ya me dice mucho. Éste que habéis leído lo tiene mi tío, así que en breve se lo pediré, porque ya me has hecho que me pique la curiosidad.

Que conste que he cumplido la promesa: he leído tu reseña antes que cualquier otra ;)