Querido diario:
Bueno, perdona que te llame así, porque antes eras un blog, pero ya sabes, nos hemos vendido al populismo, así va esto del share y yo no quiero acabar como Eva Hache haciendo un programa de entrevistas, ¿ah, que también la han echado de ahí?, ¡cáscaras!, ¡cómo está el patio!
Hace unos días que no te escribo, y no ha sido por voluntad propia, no sé si sabes que me han operado, me han hecho una nariz nueva y han desalojado a hostia limpia al pólipo por okupa, pobre, aunque dice el anestesista que su resistencia fue pacífica... no sé yo, el cirujano da otra versión y afirma con rotundidad que el pólipo le iba provocando. La buena noticia es que era un pólipo muy bueno y nos podemos olvidar de él. Ahora que todo ha pasado puedo afirmar que soy un acojonado, que me daba miedo dormirme y no despertar, ya sabes, esas gilipolleces que escribí el otro día en plan reina del drama y que afortunadamente borré antes de publicarlas. El Juanjo del mañana nos lo agradecerá profundamente.
De la operación en sí no puedo decirte nada, al entrar en el quirófano había unos tíos así como disfrazados para una despedida de soltero en Alabama, sí, de esas en las que terminan descuartizando a la puta, aunque estos parecían majos, ya, siempre parecen majos. La verdad es que como fiesta fue una mierda porque me liquidaron en dos segundos, a mí, que me metía las copas de DYC con menos remordimientos que hielos... si es que ya no soy el que era. Solo recuerdo un sueño muy a gustito y que la anestesia mola... lo malo es despertarte después con una mascarilla de oxígeno apretando unas narizotas del tamaño de un pomelo y con una enfermera hablando de no se qué de la saturación, ¡qué tía más cansina!, yo quitándome la puta mascarilla y ella poniéndomela, ¡menuda resaca! Al final me dejó por imposible y hasta trató de hacerse la simpática. Va y me pregunta si tengo los ojos verdes o azules, algo que solo me puede pasar a mí, ya me conoces, que me toque la jodida enfermera daltónica, la que se equivoca de pastilla y te enchufa la azul... no quiero ni pensarlo, como mal menor te provoca una erección en la que puedes sujetar la botella de suero, pero si no tiene el día te manda para el otro barrio dándote la pastilla de cianuro potásico. Y con todo lo que he firmado, seguro que toca que nos jodamos, porque justo debajo de donde ponía posible ceguera, en Arial 3, venía que no se puede reclamar absolutamente nada contra el personal médico aunque lleve un mes tecleando en el ordenador con el monitor apagado.
Pero bueno, como de todo se sale, pues de reanimación también. Lo mas habitual es que te toque un celador con pelo en cresta, pendientes como zafiros de Ceilán y poco más de veinte años, que está pensando más en el repaso que le va a dar a la novia en cuanto acabe el turno que en lo que tiene entre manos, pues ese me tocó a mí, y como si fuera una cuestión de honor me iba atizando contra todos los putos marcos de las puertas, incluyendo la del ascensor, dos veces, mientras que yo le rezaba con fervor a San Cristóbal eso de “Dame Señor mano firme y mirada vigilante para que a mi paso no cause daño a nadie”, que este hijoputa no debe llevar seguro ni a terceros y como mate a una monjita de la clínica igual me hacen pagar una nueva, y a ver de dónde cojones sacamos una monjita en Madrid en el siglo XXI. Me pregunto cuantos pobres no habrán llegado a su habitación por haber salido despedidos de la camilla, por un choque frontal o directamente por un infarto.
Sin embargo llegué, y como si estuviera atravesando la recta de meta de Silverstone, pude ver a toda mi familia reunida y animando, ya sabes, mirando mi narizota fijamente, con caras que a mí me parecían más de horror que de alivio, pero bueno, ver a la familia reunida es tan bonito... tú ya les conoces, hasta recordé el cuento breve ese que dice “Y al despertar su suegra seguía allí”, aunque la mujer se estaba jugando el físico al intentar hacer más de madre que mi propia madre, y eso que me lo haga en su casa vale, pero delante de la mía, que es más madre que la Pantoja, es apostar a que te pongan la cara como un mapa. Sin embargo supieron comportarse y casi ni se insultaron con la mirada ni nada. Tras aguantar el primer chaparrón de amor, en cuanto pude concentrarme un poco, no se me ocurrió otra cosa que mandar un correo y un tuit dando fe de vida, así va el mundo 2.0, ya... entiendo tu reproche, en el blog no puse nada, bueno, dejémonos de escenitas que ya lo arreglaremos en la intimidad. El caso, es que te puede doler la nariz como si te la estuviese mordiendo un caballo, puedes tener los ojos fuera de las órbitas, pero al teclado táctil le aciertas, si en el fondo de pantalla del móvil tuviera una foto de Juan Pablo II seguro que ya le habían apuntado otro milagro. Sin embargo qué conseguí, pues un par de unfollows, porque a la gente nos gusta la carnaza y no las historias de superación personal por 3G, putos ingratos.
Y poco más recuerdo, bueno sí, la jodida obsesión por ver que orinaba... yo no sabía que después de la operación te hacen el control antidopaje, y claro te presionan y es imposible. Pedí unas cervezas porque había escuchado en la tele que con los futbolistas es mano de santo, pero no hubo manera, no me dieron ni agua los muy canallas, así que use mis truquillos de andar por casa. Primero pensé en un grifo y nada, después en la fuente de mi pueblo y tampoco, pasé a las Cataratas del Niágara y ahí si que sentí un principio de reacción, hasta que como emergencia me acordé de la entrada de los Celebrities y el famoso aiba que chorrazo, oye, manita de santo, sobre todo al recordar el de Sánchez Dragó y su “lo mío es para mear y no echar gota”, casi me lo hago encima, sobre todo cuando me dieron una botella de aspecto más que sospechoso. Porque si no lo sabes, para un hombre eso de mear en una botella es un trauma, ves el agujero y dudas, y como no te queda más remedio por la urgencia la metes y ves que sí que cabe, claro que cabe, pero es raro, no hay ni calculo de trayectorias, ni control de tracción ni nada, un rollo. Además siempre crees que la botella es pequeña y te concentras en cortar el grifo al menor síntoma de humedad, y si eres capaz de tener dos ideas a la vez, como yo, empiezas a pensar simultáneamente en la enfermera daltónica y en si me habrá dado la pastilla azul... uf, ¡qué angustia! y si me pilla la reacción en la mitad del meollo, ¿qué hago?, ¿hará vacío la botella?, ¿explotará el universo entero?, pero no, no pasó nada porque la verdad es que estaba en las últimas y sólo quería dormir.
Y recordé a mis Extremoduro y a su necesito droga y amor, mientras que me inyectaban algo en vena, boqueando cual salmonete en la lonja recordando eso de “dirán que apenas necesito respirar me salgo con la mía será que apenas necesito respirar y me salgo con la mía”
13 comentarios:
Te ha sentado fenomenal la operación. Me he reído mucho...
Vaya feliz final de operacion! todo un mundo el tema quirofanos.
Me alegro que estes bien. Ahora a superar el tener una nariz que en una buena temporada no va a ser tuya...jejeje.
un abrazo
¿cálculo de trayectoria?¿control de tracción?...definitivamente, mente ingenieril.
Me alegro de que haya quedado en nada.
¿Los del quirófano llevaban gorritos de colores? Qué daño ha hecho Anatomía de Grey a la moda médica española. Hemos pasado de las monjitas con cofia a poligoneros con gorrito de color intentando parecerse a los chulazos de la serie
Me alegro de que todo haya salido bien y esos miedos (totalmente justificados) hayan quedado en nada.
No abandones el diario!!
Annie, no sabes tú lo bien que me ha sentado, creo que si ignoro las señales que me manda mi nariz no estaría mejor ni en un balneario. Me alegro de que te hayas reído ;)
Totoro, muchas gracias, yo lo que quiero es disfrutar de la baja, que con la caña que suelo llevar es como un regalo del cielo. Y no, la nariz sigue siendo mía, porque si quiere emancipare que se vaya a doler a otro lado!!
Gracias pseudosocióloga, de todas formas si yo te parezco ingeniero te presentaba al 90% de los que conozco. Yo tengo de ingeniero el título y poco más, y ese poco más son las frikadas que hablan de pares motores y trayectorias.
Peter, exactamente así no, pero como la sanidad privada es de mercenarios daba un poco de cosa verlos cada uno vestidos de una manera, me recordaban a cuando jugábamos al fútbol y nos tocaba ir de azul, que cada uno llevaba un tono de azul y el conjunto era bastante penoso.
Gracias Miss Hurry, no sé si los miedos son justificados pero como me decía mi abuelo, paisano tuyo por cierto, el miedo es libre y cada uno toma lo que quiere. No te preocupes que mientras exista audiencia habrá diario xD
ole, eres un grande. siempre haces reir. me gusta que siempre mantengas el humor. me acordaré de las fuentes de tu pueblo
El colectivo rinoplastizados estamos contigo y te daremos el trofeo "belen esteban" por tu comportamiento heroico.
Me he partido de risa...
por cierto creo que es la priemra vez que sale tu suegra en tus cuentos por lo menos no la recordaba... puede hacer buenas migas con la mia.
Yo recuerdo, de cuando me operaron del neumotórax, como lo pero el despertar de la anestesia y tener la oreja doblada con la goma de la mascarilla y no poder quitármela. Por fin coordiné mis movimientos y fue lo primero que hice.
Con lo de mear me pasó algo parecido. No podía hacerlo sentado o tumbado, era imposible, me daba una inhibición cerebral que me lo impedía. Al final me puse de pie y todo fue perfectamente.
El único post que he escrito y que releo es, curiosamente, uno que no he publicado. Tiene que ver con la parafina y una cuña. Quizás algún día, si voy suficientemente borracha, te lo mande.
Qué bien que estés bien.
Anónimo, que no creo tan anónimo, ya sabes que en el fondo soy muy payaso, seguiremos riendo :)
ecdlc, mi suegra es un tema recurrente, pero últimamente no la saco mucho de paseo porque el blog tiene cada vez más tentáculos y las armas las carga el diablo. Ya la dediqué un post en noviembre de 2009 glorioso.
ND, me lo creo es real como la vida misma, porque las historias que contamos suelen ser reales con más o menos aderezo. Lo de la botella es mucho más traumático de lo que muchos piensan...
Gordi, o por las buenas o por las cañas, lo quiero!
Muy divertido, y me alegro que todo saliera bien, la anestesia es puñetera, luego hasta que meas te tienen ahí presionadísimo...pero bueno, eso ya pasó y ya estás tuneado.
Un abrazo :)
Explorador, más que tuneado estoy atunado, por el pez, no por la insigne compañía musical. Un abrazo fuerte :)
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