jueves, 21 de marzo de 2013

Vini, vidi, vinci


Creo que nunca he contado de dónde sale mi fascinación por los romanos. Hoy es el día.

Siempre he tenido un interés casi malsano por las palabras: dice mi madre que antes de saber leer ya preguntaba una y otra vez qué significaban las palabras que escuchaba por primera vez. Cuando empecé a leer fue mucho peor: leía con un Sopena de esos para colegiales, porque si no entendía alguna palabra no seguía.

Por eso tenía muchas ganas de dar latín, porque pensaba que respondería a todas mis preguntas sobre el lenguaje. Leía en el diccionario eso de del latín nosequé, y enloquecía buscando otras palabras con la misma raíz, me preguntaba por qué significaban otras cosas, me asombraba de las inquietantes vicisitudes por las que había pasado cualquier palabro hasta llegar a significar algo cognoscible.

Empecé segundo de BUP con mucha ilusión. Latín. Iba a aprender latín. Iba a aprenderlo TODO.

Cuánta ingenuidad.

En seguida me di cuenta de que no. Tenía un profesor que entonces me pareció espantoso y pensé que dejar de prestar atención era el mejor castigo para él, que se lo merecía todo. Adolescentes. Puaj.

Suspendí latín. Y mi páter me puso un ultimátum: si no apruebas en septiembre busca un buen hobby para hacer en casa porque no vas a salir hasta que cumplas taitantum. Así que cogí el libro de latín y lo dejé sobre la mesilla de noche. Santiago Segura Munguía. LATÍN. Y allí se quedó.



Creo que aquel libro de textum estaba embrujado o algo porque, curiosamente, a medida que mi interés por abrirlo decrecía, aumentaban sin medida mis ganas por saberlo todo sobre el populus romanus. Lo miraba de reojo mientras leía el "Yo, Claudio" y "Claudio, el dios y su esposa Mesalina", de Robert Graves. Me acordé de él cuando vi "Calígula", de Tinto Brass. Pensaba en la gramática cuando descubrí qué significaba el SPQR de los estandartes de Astérix y Obélix, o el INRI de Inriquito, el RIP de las lápidas, o  por qué a San José se le llama Pepe. Empecé a leer biografías autorizadas de los prohombres romanos: Julio César, Nerón, Tiberio, Augusto, Espartaco, Trajano... y por todas partes aparecían esas frases tan famosas QUE YO NO SABÍA EXACTAMENTE QUÉ DECÍAN. Joder, tuve que aprender a declinar. Y sintaxis. Y me aprendí de memoriam el libro primero de Bello Gallico:
Gallia est omnis divisa in partes tres, quarum unam incolunt Belgae, aliam Aquitani, tertiam qui ipsorum lingua Celtae, nostra Galli appellantur. Hi omnes lingua, institutis, legibus inter se differunt. Gallos ab Aquitanis Garumna flumen, a Belgis Matrona et Sequana dividit. (...)
De repente todo empezaba a tener sentido. Aquellas palabras bailaban adelante y atrás y construían mensajes de grandes hombres que vivieron y conquistaron el orbe tantos siglos atrás y que yo podía entender. Me fascinaban. Me fascinan, hasta hoy.

Saqué un sobresaliente.

Acabáramus.

13 comentarios:

El niño desgraciaíto dijo...

Mi pasión por los romanos no llega a tanto como la tuya, ni remotamente, pero sí que recuerdo que el Latín me gustaba bastante y también saqué sobresaliente... y míranos a los dos ahora en el mundo de la ingeniería! XDD

Biónica dijo...

El Sopena, ese diccionario infame! Qué memoria por dios. En cuanto al latín mis notas en el único curso que dimos latín describen una pista de esquí perfecta. Perfectamente desnivelada (primera evaluación sobresaliente -declinando niños ¿puer?-, segunda notable -empiezan a ponerse las cosas difíciles-, tercera bien -situación crítica- y la última suficiente -la cosa estaba chunga de verdad-). Y nunca me ha pasado algo igual con otra asignatura xD

Decadencia de mi latín lo llamo xD (y mira que para el trabajo no me va muy mal, pero.... que está muerta, coño! xD)

pseudosocióloga dijo...

Ja, ja, ja...me ha "encantao" el "Acabáramus".
A mi,como cultura, me atraía más la griega, pero como idioma lo sacrifiqué para poder hacer letras con mates.
El latín me gustaba y se me daba bien.
Y los romanos no, pero Roma...me apasiona.
El "Yo, Claudio" de Graves...siiii.

Pau dijo...

Es curioso, señores ingenieros, yo acabé en filología hispánica pero también sacrifiqué, como pseudosocióloga, el latín (y el griego, que no lo vi jamás) por las matemáticas... en mi caso porque las matemáticas me gustaban y se me daban bien, y, sobre todo, porque el latín no podía soportarlo y las pasé canutas en la carrera (hasta que di con una academia fantástica que me enseñó en dos horas lo que no había aprendido en un año, fue un "hágase la luz" de manual)
La etimología es divertida, pero el latín es un rollo (aunque ya, por fin, es facilón una vez que le coges el truco)

Gordipé dijo...

Qué raritos sois los de ciencias, coño.

Carmen J. dijo...

Yo puedo contar, sin embargo, por qué Anibal Barca es mi héroe desde muy pequeña. .. Pero lo resumiré diciendo que cada uno demuestra su grandeza también por la talla de sus enemigos.

Claro, que yo copiaba en latín, nunca le encontré el interés.

el chico de la consuelo dijo...

Osea que soy el unico que ha hecho Griego, pedazo de cobardes !!!
A mi me encantaba el latín, también el griego, pero lo que más me encantaba es que rosa rosae sustituía a cloruro y kilopondio.

Qué bien me lo pase en tercero y COU... notas cojonudas sin dar un palo al agua!!!

Si quieres te hago una foto de los hermanicos del libro que pones... los tengo tooos!!

Newland23 dijo...

La verdad es que yo de latín ando justo, aprobé el de 2º de BUP, con sobresaliente claro, porque yo era de aprobar todo con sobresaliente y después nada de nada. Aunque me llama tanto la atención que tendré que darle una oportunidad en estos años que van de la mediana edad a la tercera edad.

Por eso este post tan maravilloso, tanto que casi lloro de emoción al leerlo, me lo ha regalado Gordi, y la verdad no sé como nadie la ha desenmascarado porque yo no escribo tan, pero que tan bien.

Mil gracias por el post Gordi, va derechito a una pestaña propia, para no tener nunca que buscarlo cuando quiera leerlo, que serán muchas veces. Eres lo mejor que me ha pasado por este mundo blogosférico.

Gordipé dijo...

Gracias a ti.

Por tu generosidad, por tu cariño, por decirme siempre a todo que sí. Y por ser un exagerao XD

Porcier, nadie se ha dado cuenta, igual es que no estamos tan lejos como tú dices, OJOCUIDAO.

Explorador dijo...

A mí me encantaba y me encanta la historia antigua, así que me gustaba perderme en esas estructuras mentales de esa gente tan rara y tan...nosotros ;) Pero las matemáticas también me encantaban, aunque era normalucho: son un palacio de cristales donde viven los dioses.

En general, aprender es lo más bonito que hay. Hasta que te das cuenta que el más tonto se acaba haciendo un Eurovegas y jodiéndote.

Enfin..un abrazo enorme :)

ro dijo...

Recuerdo ese libro, y traducir el texto que has puesto. Yo también me fasciné por el latín, y por el griego, y por las letras en todos los sentidos, y acabé siendo una odiosa profesora de lengua.

Besos.

Anónimo dijo...

El Aníbal de Gisbert Haefs, Karthadas, ... Y acabo en tu web. Sencillamente genial, jajaja!! Cuando he visto la foto del libro de latín se me ha puesto una sonrisa en la cara!! Lo buscaré porque seguro que está en casa de mis padres. Y muy bueno el artículo. También soy un apasionado de la historia romana, y en general de la historia. Acabáramus.

Saludos

Anónimo dijo...

Hello. And Bye.