Este mes, los abigarrados miembros del Club de Lectura 2.0, hemos leído “Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie”, de Juan Eslava Galán. Cuando propuse este libro como posible lectura al resto del club, me dejé llevar por un título que lleva a engaño, y que, seguramente, obedecerá a una astuta estrategia comercial. Y es que creo que el libro no será sólo del agrado de quien busque en él un estudio riguroso de la guerra civil, ya que no me parece que, la lectura del mismo, aporte mucho a alguien con ciertos conocimientos sobre el tema. Para los demás, para los que somos más de romanos que de milicianos, no deja de ser un libro entretenido, con pocas pretensiones y que, tal vez, pueda remover alguna conciencia. Tal vez.
Creo
que ya he explicado varias veces que huyo de las lecturas de las
guerras modernas como de la peste, porque me duelen, porque me llevan
a un sufrimiento que me revuelve las tripas, porque no entiendo la
sinrazón que lleva a dos personas a decidir que, sin conocerse,
pueden ser jueces de la vida del otro. Está claro que los Arvenos de
Vercingetorix sentían el mismo dolor y la misma desesperación al
ver a las legiones romanas arrasar sus pueblos, pero, de alguna
manera, ellos se han elevado a la altura de mitos, de seres
legendarios arrastrados a las profundidades de los océanos del
tiempo. Allí descansan en paz.
Por
el contrario, los soldados que esperaban un balazo en cualquier
trinchera, son personas de carne y hueso, a los que hemos puesto cara
y nombre, podemos cruzar su mirada con la nuestra en fotografías
sepias en las que les vemos muchas veces consumidos, desesperados y
harapientos. Ellos podrían ser tú o yo, o tu abuela, o tu tío el
del pueblo, has podido escuchar su historia varias veces, de su
propia boca o a través de labios prestados, son tan de verdad que
mientras que lees su historia puedes casi oler su sudor y su miedo.
Eslava
galán se esfuerza en todo momento por mantener una cierta
equidistancia entre los dos bandos contendientes, tratando de
hacernos entender por qué luchaba cada uno, una tarea difícil, sin
ahorrarnos episodios que debieron de teñir de vergüenza la
conciencia de “los hunos y los hotros”, como muy atinadamente
denominó Unamuno a ambos bandos. Esa es una de las dos
características del libro, la otra es que a veces trata de evadirse
de lo grandilocuente para darnos detalles íntimos y cotidianos de
las gentes que vivieron la guerra, arriesgando con diálogos en
primera persona que dan ritmo al devenir de la historia.
No
creo que a estas alturas tenga que explicar que bando es el que ha
despertado siempre mis simpatías, total, quítenme unos fusilados y
pelillos a la mar. Sin embargo creo que por primera vez en mi vida he
podido pensar en la guerra civil de manera global, he sentido que los
que siempre para mí han sido los malos no eran algo ajeno a mi vida,
que forman parte de esa otra España que tanto me hace sufrir, pero
que no deja de ser también mi España, que tal vez muchas de las
personas que admiro y quiero forman parte de la misma, aunque espero
y confío en que nunca más tengamos que llegar tan lejos como para
descubrirlo.
En
resumen, “Una historia de la guerra civil que no va a gustar a
nadie” es un libro que recomiendo leer, no va a levantar grandes
pasiones pero ésa es posiblemente su mayor virtud, que no está
escrito desde las tripas, y se agradece, porque llega hasta donde
tiene que llegar sin dar detalles innecesarios que sólo valdrían
para añadir morbo al sufrimiento. Como siempre podréis encontrar otras reseñas de libro en los blogs de Desgraciaíto, Carmen, Livia y Bichejo.
4 comentarios:
Coincido contigo en que es bastante cuidadoso en contar más que en juzgar y en presentar casos más o menos equivalentes de personas en los dos bandos además de las líneas maestras de la guerra.
A mí me ha gustado, pero también se me ha hecho un poco cuesta arriba porque me ha aportado pocas cosas nuevas.
A mí el único bando que me despierta simpatía es el de los que no estaban en ningún bando... Lo que siempre me ha sorprendido de la Guerra Civil es la ignorancia y la brutalidad de la población. Y el odio, ese odio tan inaudito. La chusma, la masa, con impunidad y armados. Qué miedo.
Lo malo es lo de los bandos, como dice Carmen. No sabemos vivir si no es CONTRA algo o alguien. Un rollo.
El libro a mí sí me ha aportado, entre otras cosas porque sabía poco del tema, mi abuelo era infinitamente repetitivo con las cosas de las guerras (la civil y la de Rusia) y yo ponía el off en cuanto escuchaba la palabra guerra.
ufffff por fin he llegado a tu post.
Sabia que os lo habiais leido y quería ver tu opinión
porque yo ya lo tengo bastante adelantado.
Coincido en que tampoco leo libros de guerras porque me duelen demasiado.
Además para mi la guerra civil es lo que va despues de la segunda república periodo del que sí me considero bastante leido, no tanto de la guera civil de la que no me he leido nada.
Y es que soy de la opinión de "dime lo que que piensas de la segunda republica" y te diré lo que piensas de la guerra civil.
El libro en contra de la opinión general sí que me está gustando; quizá por eso que creo que comentaba Livia del arte de usar el presente en la narración. También por ir cambiando la camara de trinchera, yo creo que neutro no es lo que pasa es que cada vez lo cuenta desde un lado distinto.
Bueno no sé si lees esto pero en cualquier caso un abrazo apretujao!!
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