Se despertó en la mitad de aquel tablero de ajedrez en tres dimensiones, ¿un tablero de ajedrez en tres dimensiones?, ¡qué cosa más rara! Los escaques le envolvían, creando un mundo de sombras negras sobre luces blancas que le mareaban, celdas negras sobre celdas blancas y rayos de luz diagonales dirigiéndose al vacío iluminando débilmente cada instancia.
Estaba solo, el silencio era absoluto, el aire fresco, increíblemente, porque la estancia era hermética en sus seis lados, lo supo después de recorrer con las palmas de las manos cada centímetro de los dos metros cuadrados de cada una de las paredes. La claustrofobia vino de repente, con un deseo salvaje de salir de allí, golpeó con los puños, con los pies, con la cabeza, pero no consiguió nada, solo romper el silencio, solo romper sus huesos y abrir heridas en su piel, pero no dolía, ni la sangre manaba porque por arte de magia su cuerpo se regeneraba, no, aquello no le gustaba, no quería permanecer más en un lugar en el que hasta el dolor se le negaba.
Y sucedió, deseo ir hacia delante, y su deseo se cumplió, el mundo dejo de ser negro y se convirtió en blanco. Fue estupendo, volvió a mirar a su alrededor sin tener claro si aquello era un comienzo, por eso lo volvió a hacer, volvió a avanzar, negro y blanco repitiéndose compulsivamente hasta que dijo basta para descansar, porque se sentía enormemente cansado, sin aliento, con las piernas temblorosas y las manos rígidas, entumidas, casi no las podía mover. Las miró fijamente y no pudo dar crédito a lo que veía, eran las manos de un viejo, surcadas de azules venas y oscuras manchas, miró sus piernas arqueadas, se palpó las arrugas de la cara y acarició su cráneo, liso, carente del menor signo de que allí hubiera existido alguna vez una mata de pelo.
Se asustó y volvió de nuevo su vista hacia delante, todavía quedaban algunos escaques que recorrer, pero no muchos, y detrás de ellos se adivinaba un vacío infinito y negro, ese no podía ser su camino. Miro a los lados y se asombró al ver que el camino lateral se había hecho infinito, no captó el mensaje y por eso, muerto de miedo, pidió retroceder y mientras que lo hacía las arrugas se alisaban, el pelo volvía a nacer, los dientes a brillar y el miedo se transformaba en alivio y desconfianza. Reculó, y cuando se sintió de nuevo a salvo detuvo la huida, dispuesto a reflexionar, pero no había aprendido nada y su pensamiento seguía siendo lineal, por eso decidió seguir retrocediendo hasta la casilla de salida.
Sintió su cuerpo rejuvenecer, cada vez era más ligero, en cuerpo y en alma, porque a cada salto iba soltando lastre, tanto que hasta ese mismo momento no fue consciente del gigantesco peso de la experiencia, del lastre que supone el pasado. Miró fijamente hacia lo que él creyó que era el principio y se vio deslumbrado por una luz cegadora que no le dejaba retroceder más, no al menos sin correr el riesgo de fundirse en ella y desaparecer. Volvió a mirar a los laterales y esta vez el camino era mucho más estrecho, tanto que en algunos sitios empezaban a faltar casillas y en unas decenas de saltos se podía llegar a un vacío gris que le transmitía desesperanza, estaba seguro que tras ese vacío de grises se encontraba una muerte temprana.
Por eso decidió saltar a la casilla lateral en la dirección en que la luz gris le parecía más lejana, y al hacerlo toda su vida cambió, seguía siendo él pero con los recuerdos modificados desde esa casilla hacia delante hasta el punto en el que se había despertado. Empezó a entender el juego y saltó sin pensarlo mucho hacia un lado y hacia otro, hacia delante y detrás, de manera que recorrió un abanico infinito de sensaciones, de vidas diferentes, fue valiente y cobarde, fue ladrón de almas y amante despechado, salvó vidas y las quitó, surco los mares y fue ermitaño, ¡era tan fácil! Pasó así un tiempo que a él se le hizo eterno hasta que cayó de bruces contra el suelo, desorientado y agotado.
Miró arriba y miró abajo, aturdido por la sensación de no saber ya ni quién era, se tumbo de espaldas y no se sorprendió de solo ver más escaques que verticalmente ascendían hasta el infinito. No había reparado en ellos hasta entonces como parte del juego, pero con la respiración todavía agitada por su experiencia bidimensional tuvo la convicción de que, aunque no parecía el camino más fácil, a lo mejor ese era el camino. Su mente le proyectó hacia arriba y de repente él ya no era él, era otra persona diferente, volvió a saltar y la persona volvió a cambiar, fue mujer y fue hombre, amarillo, blanco, negro, habló todas las lenguas imaginables y algunas que él mismo inventó, recorrió todo aquel mundo en todas las direcciones posibles hasta que no supo ya quién era, ni qué hacía allí, perdido y sin rumbo, abrumado por los recuerdos acumulados de múltiples vidas, hasta que desesperado gritó ¡Quiero volver a comenzar la partida!
Y se despertó en la mitad de aquel tablero de ajedrez en tres dimensiones, ¿un tablero de ajedrez en tres dimensiones?, ¡qué cosa más rara! Los escaques le envolvían, creando un mundo de sombras negras sobre luces blancas que le mareaban, celdas negras sobre celdas blancas y rayos de luz diagonales dirigiéndose al vacío iluminando débilmente cada instancia.
7 comentarios:
He estado aquí y te he leído y me ha dado vértigo y todavía no sé si me ha gustado o no.
Yo tampoco lo sé, pero creo que el relato trataba de eso.
Y te lo digo como se lo he dicho a Annie, que después de escribirlo y releerlo me parecía mentira que lo hubiese escrito yo...
Diosss, qué mareo. En mi estado esto no es nada bueno.
Después de releerlo he decidido que es genial, ahí queda eso ;)
¿Una pesadilla o un sueño feliz? No sabría decirlo...¡mola! :DD
Puedes ser quien quieras, puedes cambiar tu posición en el tablero, hay visiones, vidas, oceanos, ermitaños...es una pasada. he estado divagando mientras leía, todas las cosas que podrían hacerse si estuviéramos en el tablero. Voy a buscarlo.
"So don´t fear
if you hear
a foreign sound
to your hear...
it´s allright, Ma"
Es la vida, y nada más
Un abrazo :)
A mí me parece una buena idea, seguro que daría para algo más que este post, pero uno tiene sus limitaciones.
Otro abrazo para ti ;)
Yo soñe eso
Publicar un comentario