miércoles, 13 de julio de 2011

Tenemos chica nueva en la oficina

Últimamente corría un chascarrillo entre los ingenieros de mi planta referido al equilibrio de empleados de ambos sexos, una tontería que a mí me hace gracia, según alguno somos el departamento nabal, con be, sí, no hace falta que diga más. No es que el mundo de la ingeniería esté vetado a las mujeres, ni mucho menos, no hay más que ver al equipo de los campos de girasoles, lleno de chicas (inmejorables como diría Ruíz Mateos). Por si acaso me lee alguna, ejem, añadiré que son majísimas, simpatiquísimas, guapísimas y sobre todo estupendas profesionales y unas amigas que te cagas, que lo mismo te hacen el mejor bizcocho del mundo cuando estás enfermo, que te llevan a comer en grupo con la excusa de que ya eres una más de ellas, aunque esto ya no tengo tan claro que sea bueno, me recuerda a aquello del abrazo del koala, no sé, igual son cosas mías, se agradecería cierto feedback para corroborarlo.

El caso, es que he de admitir que alrededor mío empezaba a vivirse un cierto ambiente carcelario, pero del chungo, casi de pedir un cubículo para el vis a vis, además de comenzar a percibirse cierto hedor a chotuno resabiado, porque los hombres, y esto es una verdad universal, cuando los dejas solos tienden hacia su estado natural de dejadez y escasez de afeitado. Es muy triste admitirlo pero somos así, salvo los que ya estamos casados que derivamos a otras cosas que no se pueden confesar, ni siquiera bajo el paraguas de un blog y el anonimato. Y no solo es algo físico, sino que también es una cuestión de modales, nos dejas solos y el lenguaje se vuelve soez, las conversaciones derivan siempre hacia el fútbol y las mujeres, algo por lo que no comprendo el fracaso del fútbol femenino, y si te pica un huevo te lo arrascas, sin más, lo cual, ahora que lo pienso, no es del todo malo.

Imagino que a ninguna de mis lectoras les gustaría trabajar sus cuarenta y pico horitas semanales rodeada de tal fauna salvaje y desaseada, pues imaginaos que os toca hacer una beca con veinte años, tierna como un donuts envasado al vacío, sin más experiencia de la vida que la que da el tuenti. Imaginaos que además eres guapa de la muerte, alta y estilosa, llamando más la atención en el módulo de internamiento nabal que la duquesa de alba en un desfile de supermodelos, ¿acojona, verdad? Pues a una pobre chica le ha pasado y de paso me ha dado la oportunidad de volver a comprobar lo rastreros que somos los seres humanos que entre las piernas llevamos un colgajo. Porque somos lo peor del mundo, independientemente de la edad, jodidos cerebros de mosquito gobernados por un par de neuronas hormonadas que tienden a la gilipollez a cambio de una sonrisa que no puede ser más que de compasión o de asco disimulado.

Pues sí, tenemos chica nueva en la oficina y es un cañón, aunque puede ser que se pinte más de la cuenta (esto por supuesto no lo ha dicho un hombre), además se sienta cerca de mí, demasiado cerca de mí, añado. Es la puta revolución, en dos días he recibido más visitas en mi sitio que en los últimos dos años, gente que en muchos casos casi ni conocía, para preguntarme las cosas más absurdas con los ojos estrábicos, y habéis pensado que uno fijo en mí y otro en ella, pues no, uno fijo en su escote y el otro en sus piernas, y oliendo a colonia, sí, a colonia, ¡será posible!, ya es caer bajo, alguno con camisa y hasta alguno con corbata, me parto. Y no es solo eso, en el café me piden referencias y hasta me felicitan por la suerte de mi ubicación, ¡la madre que los parió!, diez millones de euros en folios sin taladrar, el futuro de la humanidad en mis manos y se creen que me paso ocho horas babeando. Hasta me llegan correos en plan “¿has visto a la nueva”, “¿a que está buena la nueva?”, “¿sabes dónde se sienta la nueva?”, excelentes atletas estos últimos porque en menos de cero coma segundos aparecen en mi sitio con cualquier excusa estúpida como teletransportados.

Y ella, ¿qué hace ella?, esa es la cuestión. Pues ni levanta la vista de la mesa, es más, ahora que lo pienso empiezo a tener ciertas dudas de si en dos días se ha levantado para ir al baño. Yo la noto tensa, como a los ratoncillos que sueltan en el terrario de las serpientes, deseando tener el poder de la invisibilidad, levantando un poquillo la vista de cuando en cuando, para bajarla de inmediato porque en cuanto la levanta se ven cabezas girar en todas las direcciones. Si sigue en esa actitud estoy seguro de que antes de que termine la semana el de la corbata le mirará a los ojos para decirle eso de “me gustas cuando callas porque estás como ausente” y si lo hace juro por Odín que no tendré más remedio que matarlo. Porque ya he pasado por esto antes y es un horror, sobre todo como lleguen a tomarse confianzas, todo el puto día tendré a un paliza moñigueando, y no se puede consentir, a la segunda visita sin sentido les pienso pinchar las pelotas con un palo.

Es triste que alguien, aunque sea exagerando y con humor, tenga que escribir esto en los tiempos que corren, debe ser verdad que es muy duro ser mujer, incluso si eres monísima de la muerte, y debe ser verdad que soy una de ellas si comprobarlo me da bastante grima y un poco de asco.

8 comentarios:

Anusky66 dijo...

jajajaja pobrecita incauta !!! llevo 12 años en ingenierías ,por lo que suelo ser la única mujer de la empresa y me ha tocado aguantar toneladas de testosterona en ebullición y eso sin estar buena ,ni ser jovencita , así que casi me da pena la becaria ,sino tuviese un defensor tan majete como tu.

Unbesazo

Miss Hurry dijo...

Pobre! Pues ya puede ir levantando la cabeza y aprendiendo a torear, así se llevará (cuando acabe la beca) de todo tipo de experiencia, jeje.
Me ha encantado eso de "sin más experiencia de la vida que la que da el tuenti".

pseudosocióloga dijo...

Pues menos mal que te tiene a ti al lado porque se pasa fatal, hay que tener mucho callo para sobrellevarlo.
Admiro tu sensibilidad, por su rareza.Te lo dice una que lleva veintitrés años trabajando con, por y para hombres.
Y no sabes que es peor si cuando te tratan como a una presa o cuando ya la confianza es tal que se rascan los huevos delante de tí, emiten gases por arriba y por abajo sin pudor o te comentan el tamaño de los pezones de la que pasa como si fueras uno más.

Anniehall dijo...

Arrascar??? Así, sin comillas ni cursiva? no me esperaba esto de ti...

No dijo...

Pobre chavalica...tanto ahora por aguantar babas y miradas de pajeros como luego, cuando se cansen todos y empiezen a meterse con ella por no asumir con dignidad que no les ha hecho ni puto caso.

Si, Juanjo, como dije un dia en twitter...es muy duro ser mujer, y eso que se supone (evidentemente, es mucho suponer) que cada vez estamos más civilizados...me rio...los hombres (se que generalizar es un error pero es que cuando leo cosas como la que has escrito no puedo evitarlo) son asquerosos, simples y cortos (no te incluyo, evidentemente...hay excepciones y tu pareces ser una de ellas cuando no has entrado en el juego estúpido del hombre solo con su colgajo).

Que patetismo hay en tu oficina Juanjo...dales caña a los cerebritos pajeros esos que luego se follan a sus mujeres pensando en la becaria. CAÑAÑAÑAÑÑAAÑAAÑAÑ y CAÑAÑAÑ ELLA TAMBIEN!!!!

Besis ;)

Nota: menos mal que quedan hombres como tu, con dos luces y un poco de sensibilidad.

Gordipé dijo...

Pues... qué quieres que te diga... si el ambiente era como dices no me extraña que se haya revolucionado todo con la llegada de la nueva. Y no es pa tanto, joder, es normal: toneladas de testosterona en reposo ni se sabe el tiempo, espoleadas por la aparición de la diosa del amor. Coño, normal que exploten.

Otra cosa son las gelipolleces que hacen los depósitos testosterónicos, que suelen ser de lo más risibles. Aprovecha, siéntate a observar de vez en cuando, y ya verás cómo te quedan un millón de anécdotas para las cenitas con los amigos.

Y trata con normalidad a la nueva, como tratarías a cualquier otra persona.

Beso.

el chico de la consuelo dijo...

ya veo que solo te comentan este post mujeres admirándote...
Los hombres estamos pensando: que perrete el juanjo se hace el defensor de la cervatilla con fines aviesos!!
Recuerda siempre en estos casos a Mr potato con las barbis: Soy una patata casada soy una patata casada!!!

Jesús Miramón dijo...

¡Genial, lo que me he reído! Como le decía Robert de Niro a Billy Crystal en Una terapia peligrosa dándole tortillas en la cara: Tú eres bueno, sí, tú eres muy bueno...

(Todo un descubrimiento tu blog)