El día que nací mientras el jefe del partido comunista soviético, Leónidas Breznev, despedía a los miembros de la colonia rusa en Bonn, uno de los soldados que formaban la guardia de honor sufrió un desmayo. Sus compañeros, en formación, no pudieron ayudarle hasta pasado el acto. Hoy ya no existe el partido comunista soviético y casi parece que no existió, pero a los soldados que se desmayan en los desfiles les atiende un médico y les dan un vaso de agua.
El día que nací Su Excelencia el Jefe del Estado y su esposa, doña Carmen Polo de Franco, se trasladaban a su finca de la Piniella, cercana a Oviedo, donde pasarían unos días de descanso, durante los cuales Franco se dedicó a la pesca del salmón. Hoy ya no existen dictadores pescadores, los salmones lo agradecen.
El día que nací el príncipe don Juan Carlos presentaba “Por España con los españoles” en el Club Internacional De Prensa en el que se recogían todos los escritos y discursos del príncipe de España. Hoy si hiciera lo mismo presentaría una enciclopedia de 30 tomos, sería aburridísima.
El día que nací un hombre, parapetado en una casa, disparó contra las personas que circulaban por una calle de Memphis (Tennessee), causando la muerte a cuatro. Más de cien policías armados cercaron la casa consiguiendo al final abatir al asesino. Hoy la vida sigue igual, ¡qué poco aprendemos!
El día que nací la prensa denunciaba que era “auténticamente lamentable” la lentitud con que se llevaban a cabo las obras de la futura avenida de la Paz. Hoy en día la avenida de la Paz está terminada, aunque en 1973 no conocían todavía a Gallardón y sus túneles para gastar tan contundentes calificativos.
El día que nací un tal Nixon se encontraba contra las cuerdas. El mundo esperaba su decisión de dimitir y se calificaba la situación de insostenible. Aún tardaría un año más en ser obligado a renunciar, algo que no ha vuelto a repetirse por más vestidos manchados que han aparecido en un tribunal sin pasar por la tintorería. Hoy en día conocemos a Nixon casi por las películas en las que aparece como un súper-villano, y nos encanta el nombre de garganta profunda, sí, por esto también.
El día que nací tres personas morían en el choque de un automóvil con un camión en un pueblo burgalés. Hoy por más radares que existan, puntos y multas que nos quiten y pongan siguen muriendo gente en las carreteras, aunque creo que vamos mejorando.
El día que nací se pronunciaban en Madrid unas conferencias sobre la importancia del problema de la contaminación: “Tecnología química y bienestar”, “Contaminación atmosférica; fuentes de emisión” y otra sobre “Detección de los contaminantes”. Hoy, después de habernos cargado la capa de ozono, haber convertido Europa en un invernadero, haber vertido petróleo en las costas a diestro y siniestro, pulirnos el Amazonas y mil tropelías más, miles de conferenciantes siguen dando conferencias denunciándolo... y lo que te rondaré morena.
El día que nací un analista publicaba que “La integración en Europa nos obliga a adecuar urgentemente nuestra estructura institucional a la de los países que forman parte del Mercado Común”, imagino que no se refería a terminar con la dictadura, pero visto en la distancia o eran muy cándidos o ¿qué otra cosa podía ser? Hoy en día estamos perfectamente integrados en el mercado común, tanto que como se descuiden nos lo llevamos, euro incluido, por delante.
El día que nací un anuncio proclamaba a toda página que “Los ordenadores se cuentan sus cosas a través de Telefónica”, con una larga lista impresa de empresas apuntadas a la modernidad para corroborarlo, me ha dejado a rayas. Hoy no sólo los ordenadores se cuentan sus cositas, todos nos contamos nuestras cositas y el mundo sí que es en realidad un pañuelo.
El día que nací se publicaba que España tenía 33.956.376 habitantes, habitante más habitante menos. Hoy rondamos los 47 millones, me parece un salto brutal para tan poco tiempo.
El día que nací el Español ganaba 2-0 al Atlético de Madrid y lo eliminaba de la Copa del Generalísimo. Hoy la vida sigue igual, aunque no queremos ganar mas copas del generalísimo.
El día que nací las temperaturas máximas y mínimas en Madrid eran 24 y 12. Hoy son 27 y 16, moraleja, el calentamiento global del planeta se ha consumado, ¡quién lo hubiera dicho hace una semana!
El día que nací una pareja extremadamente joven, viviendo de alquiler y sin un duro tenía a su primer hijo, un acto de valentía casi impensable en los tiempos que corremos, por lo demás fue un día normal y corriente del mes de mayo. Hoy solo puedo darles las gracias por lo bien que lo han hecho e invitarles a tarta, por supuesto.
El día que nací Su Excelencia el Jefe del Estado y su esposa, doña Carmen Polo de Franco, se trasladaban a su finca de la Piniella, cercana a Oviedo, donde pasarían unos días de descanso, durante los cuales Franco se dedicó a la pesca del salmón. Hoy ya no existen dictadores pescadores, los salmones lo agradecen.
El día que nací el príncipe don Juan Carlos presentaba “Por España con los españoles” en el Club Internacional De Prensa en el que se recogían todos los escritos y discursos del príncipe de España. Hoy si hiciera lo mismo presentaría una enciclopedia de 30 tomos, sería aburridísima.
El día que nací un hombre, parapetado en una casa, disparó contra las personas que circulaban por una calle de Memphis (Tennessee), causando la muerte a cuatro. Más de cien policías armados cercaron la casa consiguiendo al final abatir al asesino. Hoy la vida sigue igual, ¡qué poco aprendemos!
El día que nací la prensa denunciaba que era “auténticamente lamentable” la lentitud con que se llevaban a cabo las obras de la futura avenida de la Paz. Hoy en día la avenida de la Paz está terminada, aunque en 1973 no conocían todavía a Gallardón y sus túneles para gastar tan contundentes calificativos.
El día que nací un tal Nixon se encontraba contra las cuerdas. El mundo esperaba su decisión de dimitir y se calificaba la situación de insostenible. Aún tardaría un año más en ser obligado a renunciar, algo que no ha vuelto a repetirse por más vestidos manchados que han aparecido en un tribunal sin pasar por la tintorería. Hoy en día conocemos a Nixon casi por las películas en las que aparece como un súper-villano, y nos encanta el nombre de garganta profunda, sí, por esto también.
El día que nací tres personas morían en el choque de un automóvil con un camión en un pueblo burgalés. Hoy por más radares que existan, puntos y multas que nos quiten y pongan siguen muriendo gente en las carreteras, aunque creo que vamos mejorando.
El día que nací se pronunciaban en Madrid unas conferencias sobre la importancia del problema de la contaminación: “Tecnología química y bienestar”, “Contaminación atmosférica; fuentes de emisión” y otra sobre “Detección de los contaminantes”. Hoy, después de habernos cargado la capa de ozono, haber convertido Europa en un invernadero, haber vertido petróleo en las costas a diestro y siniestro, pulirnos el Amazonas y mil tropelías más, miles de conferenciantes siguen dando conferencias denunciándolo... y lo que te rondaré morena.
El día que nací un analista publicaba que “La integración en Europa nos obliga a adecuar urgentemente nuestra estructura institucional a la de los países que forman parte del Mercado Común”, imagino que no se refería a terminar con la dictadura, pero visto en la distancia o eran muy cándidos o ¿qué otra cosa podía ser? Hoy en día estamos perfectamente integrados en el mercado común, tanto que como se descuiden nos lo llevamos, euro incluido, por delante.
El día que nací un anuncio proclamaba a toda página que “Los ordenadores se cuentan sus cosas a través de Telefónica”, con una larga lista impresa de empresas apuntadas a la modernidad para corroborarlo, me ha dejado a rayas. Hoy no sólo los ordenadores se cuentan sus cositas, todos nos contamos nuestras cositas y el mundo sí que es en realidad un pañuelo.
El día que nací se publicaba que España tenía 33.956.376 habitantes, habitante más habitante menos. Hoy rondamos los 47 millones, me parece un salto brutal para tan poco tiempo.
El día que nací el Español ganaba 2-0 al Atlético de Madrid y lo eliminaba de la Copa del Generalísimo. Hoy la vida sigue igual, aunque no queremos ganar mas copas del generalísimo.
El día que nací las temperaturas máximas y mínimas en Madrid eran 24 y 12. Hoy son 27 y 16, moraleja, el calentamiento global del planeta se ha consumado, ¡quién lo hubiera dicho hace una semana!
El día que nací una pareja extremadamente joven, viviendo de alquiler y sin un duro tenía a su primer hijo, un acto de valentía casi impensable en los tiempos que corremos, por lo demás fue un día normal y corriente del mes de mayo. Hoy solo puedo darles las gracias por lo bien que lo han hecho e invitarles a tarta, por supuesto.
7 comentarios:
Mmmm... no sé... tengo el pálpito de que quieres decirnos algo pero no llego a pillarlo del todo...
Por si acaso, ¡¡¡FELICIDADES!!! Espero que cumplas muchos más, que seas feliz y que sigas haciéndonos compañía muuuuucho tiempo.
¿37 besos?
Felicidades!! Ayer estuve a punto de mandarte un mensaje pensando que era el 22. Menos mal que me contuve porque me sonaba más el domingo.
Mañana te doy un tirón de orejas si me invitas a café.
Yo he invitado a tarta los míos hoy también (casi con una semana de retraso).
Felicidades. Disfrútalo.
Gordi, muchísimas gracias, 37 besos van a dar para un rato bien largo :)
Annie, muchas gracias!!!!!, cuenta con el café, pero el martes, porque mañana tengo en Madrid una megareunión de la muerte que como siempre no valdrá para nada...
ND, muchas gracias, ha sido un día estupendo
Felicidades, por los pelos en tu día. Y que cada día esté repleto de buenas noticias...y que en general vayamos a mejor, aunque eso no sé si se dará. En cualquier caso, que sea un magnífico año próximo :)
Un saludo.
Felicidades :)
Con afecto y retraso. Espero que hayas recordado pedir que se te cumplan mil deseos más al soplar las velas de la tarta. Si no fue así y te olvidaste, que se te cumplan mil deseos.
Un abrazo.
Explorador, almalaire, muchas gracias a los dos, sí que espero que se cumplan mil deseos y también seguir contando con vuestra compañía, mil abrazos
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