lunes, 21 de febrero de 2011

A Esperrancia


Sé que a lo mejor no debería escribir esto, que posiblemente es de mal gusto, que seguramente es oportunista, políticamente incorrecto, pero si no lo hago reviento, aunque alguno me va a dar para el pelo.

Resulta que la señora lideresa, doña Esperrancia, tiene cáncer de mama, como tanta otra gente, eso sí. Es del dominio público que políticamente la odio, que representa casi todo lo que me repugna en un político, pero aun así quiero dejar claro que lo siento y que espero que se recupere lo antes posible, porque lo cortés no quita lo valiente, eso me lo enseñaron de pequeño en las clases particulares que me daban en casa de educación para la ciudadanía. Por eso tampoco voy a hacer chistes fáciles de esos tipo bicho malo nunca muere o que si no pudieron con ella ni un tiroteo ni un helicóptero menos lo van a hacer unas cuantas células descarriadas, no, no lo pienso hacer, sería demasiado miserable. Ese comportamiento tan mezquino prefiero dejárselo a sus pupilos de Telemadrid, posiblemente la televisión más manipulada del mundo occidental, como diría su colega Paco.

Podría listar las cosas que más me indignan de su comportamiento político, bueno, debería decir mejor de su ideario, porque vuelvo a repetir que no son los comportamientos los que me asustan, lo que me asusta es que alguien piense así, pero vale, tampoco lo voy a hacer hoy, solo me voy a limitar al estado lamentable de la sanidad pública madrileña, a la mentira de las listas de espera, a la externalización de servicios, al desvío de las cirugías a clínicas privadas, a no convocar plazas de médicos y enfermeras porque es más fácil tenerlos sumisos agotando infinidad de contratos, a las horas interminables en las urgencias, a las camas por los pasillos, a tanta mierda que existirá en muchos otros sitios, sí, pero que ella consiente y fomenta y que los estúpidos votantes, perdón, quería decir ciudadanos, sufrimos y padecemos.

Recuerdo con pavor la experiencia de mi padre cuando tuvo el cáncer, las visitas a urgencias orinando sangre solucionadas con un lavado de vejiga y una tortilla de Buscapinas, semana tras semana, con una negligencia que me hiela la sangre, tirado en mitad de un pasillo, con unas pruebas que nunca llegaban, porque no era tan grave, así durante meses, luego, cuando sí que vieron algo “malo”, tardaron unos cuantos meses más en operarle, cosas de unos papeles perdidos, y como propina tuvieron que parar la primera operación, que no iba a ser nada, cuando descubrieron que la broma era un tumor de nueve centímetros que se había pasado por alto. Evidentemente no culpo a Ësperrancia de tal desaguisado, en primera persona, pero son cosas que se ven venir y el que no lo sabe es porque por fortuna no le ha tocado. Admito que una vez que se lo tomaron en serio hicieron una obra de arte con mi padre pero podría haber pasado cualquier otra cosa, no quiero ni pensarlo.

Tan tocado me dejó la experiencia que decidí hacerme un seguro privado, que en el fondo es seguir el juego y pasar por el aro, pero me apetece que si un día me tienen que hacer un escáner me lo hagan a tiempo antes de lamentar daños. También me hice socio de la AECC a la que religiosamente aporto unos eurillos todos los meses, sé que es una miseria, pero prefiero gastármelo en eso que en una cena, un dinero que ayuda a que existan autobuses que hacen mamografías, como la que le han hecho a Esperrancia, con las que se evitan muertes absurdas, hasta me gustaría pensar que su mamografía se pagó con mi aportación, pero no la veo en el mamobús haciendo cola, además no lo permitirían ni su título nobiliario ni la dignidad de su cargo.

Pero lo que sí veo es que se va a operar en un hospital público, algo que le honra, eso sí, tomando un atajillo. Se opera mañana, sin pasar días infernales pensando en si el tumor será malo o bueno, en si habrá o no metástasis, en los estragos de la quimio, sin sufrir dolores evitables mientras que el tumor sigue creciendo. Además, cosas de la seguridad, tendrá más de una habitación a disposición de ella y de sus familiares, sin tener que aguantar los alaridos de otro paciente agonizante que perturbe su descanso. La comida será estupenda, nada de comida traída de fuera del hospital porque tener una cocina es muy caro, su caldito estará siempre caliente y con las legumbres que tome no se podrá empedrar un camino adoquinado. Sí, va a ser una lástima que no tome conciencia del mundo en el que gracias a gente como ella los demás vivimos, y me apuesto hasta las escrituras de la casa de que saldrá encantada del hospital presumiendo de su mundo virtual del que los demás no disfrutamos.

Así será, y espero escucharlo porque todo le haya ido bien, porque no sea más que un mal rato del que pronto se recupere, para desearla que muera de viejecita y alejada de la política, derrotada en todas las elecciones a las que se presente en el futuro, pero más sana que una manzana, faltaría más, doña Esperrancia.

10 comentarios:

Explorador dijo...

Pues sí. Mi padre pasó algo parecido, aunque por fortuna todo fue rápido y su tratamiento fue muy bueno. Por eso, la sanidad pública es algo irrenunciable en mi forma de ver las cosas, y deploro a los políticos que hacen demagogia con estas cosas, como ella. No me gusta como política, y difiero absolutamente de sus ideas.

Y por supuesto, que se recupere muy bien. Un saludo :)

La yo de hoy. dijo...

de acuerdo en todo... ¡espléndido!

La de la ventana dijo...

Mi experiencia con la SS no fue, afortunadamente, como la tuya. Nosotros empezamos en lo privado y curiosamente terminamos en lo público por cuestiones meramente logísticas (Pamplona está demasiado lejos cuando tienes una hemorragia cerebral), y todo fue como la seda en el Hospital Puerta de Hierro, tan bien o incluso mejor que en la Clínica de Navarra. Pero soy consciente de que no es lo habitual.
Lo sí que me repatea ese alarde de la clase política de "soy-un-ciudadano-más-y-me-opero-por-la-pública", el mismo que ya hizo la Casa Real con la operación del Rey, y que me parece una falta de respeto a la inteligencia de la gente.

Anniehall dijo...

Bajo amenaza comentaré aunque me da bastante pereza. A mi Espe me cae bien pero en lo de la Sanidad tienes razón, que sea igual (o peor) en otras partes no es excusa. Que sea mejor en otros sitios (a costa de los impuestos de los madrileños que ni lo catamos) es mucho más vergonzoso.

Ojalá alguien tuviera los huevos de devolver las competencias sanitarias al ministerio de sanidad en exclusiva. No puede ser que tengas derecho a según qué cosas dependiendo de donde vivas…

Newland23 dijo...

Explorado, como dice la sabiduría popular "con las cosas de comer no se juega", ni se hace demagogia, ni se especula, ni se racanea. Ójala la vaya muy bien y se de cuenta de ello, a veces las experiencias personales son transformadoras :)

La yo de hoy, gracias. Por cierto, me encanta el nombre, a veces cuando tengo un problema pienso "eso ya lo erraglará el Juanjo de mañana"

Teresa, yo solo cuanto lo que nos pasó, pero éntiendo que no es la tónica general. El resto de las cosas sí que las mantengo, la externalización, los contratos precarios, etc. Mucha gente hace negocio de algo que debe ser nuestro, por lo menos desde que la seguridad social se creó en tiempos de Franco (y no volveré a admitir este tipo de cosas pero es verdad que algo bueno hizo, o al menos eso dice mi padre, además de pantanos) El resto pues claro, la demagogia es así, pero vende mucho, solo hay que sintonizar Teleespe, por ejemplo.

Newland23 dijo...

Annie, ¿quién te ha amenzazado? ¿Espe?, hasta dónde vamos a llegar. Me alegra de que en cosillas así estemos casi de acuerdo ;)

Bárbara dijo...

Un renombrado médico le dijo a mi hermana que no debía preocuparse por ese bultito que se notaba en el pecho, que no era más que un quiste de leche provocado por su reciente maternidad. Un par de años después, en este caso por suerte más que por desgracia, su economía familiar estaba tiritando y dejaron el seguro privado. En la primera revisión en la SS ese bultito resultó ser un tumor bastante avanzado y ni aquel grupo de cirujanos y oncólogos tan dedicados, ni aquellas enfermeras tan agradables, ni la psicóloga que la apoyaba en sus muchas sesiones de quimio pudieron hacer nada por ella. Pese a lo mal gestionada que esté nuestra SS, pese a que sus trabajadores se pisen las ojeras por turnos inhumanos, pese a que gran parte de su presupuesto se pierda por el camino, yo no puedo más que quitarme el sombrero ante los Profesionales (con mayúsculas) que la integran.
Y de Espe no hablo que me indigno!

Newland23 dijo...

Ya lo sé Barbara, por eso es tan injusto y tan repugnante que se haga demagogia con la sanidad. Pagar no garantiza nada pero siempre puedes hacerte pruebas que tardan siglos en la SS e ir con ellas a cualquier lado.
De Espe no hablamos, mejor :)
Un beso fuerte

Gordipé dijo...

Como experimentada usuaria de servicios de urgencias y demás, públicos y privados, puedo asegurar, y aseguro, que... hijito, de todo hay.

A mí me han tratao fenomenal y espantosamente mal en todos y en ninguno, sin distinción. Al final todo depende de la persona con la que tratas: de si la de la puerta está de buen o mal humor, de si la enfermera está a punto de acabar su turno y no quiere complicarse, de si el médico tiene que irse pitando porque juega al pádel, de si la administrativa es una borderline a la que se la suda si un expediente da el siguiente paso o no... El sistema está pervertido, sí, pero todo depende de las personas.

Newland23 dijo...

Por supuesto, Gordi, todo depende de las personas, pero cuando las tienes hasta las narices, se sienten explotadas, desmotivadas, etc, las posibilidades de que algo vaya más se incrementan mucho. Y entiendo que eso también puede pasar en lo privado y en cualquier profesión.

La gente que operó a mi padre la segunda vez fue maravillosa, tanto que le operaron un 21 de agosto porque voluntariamente el equipo que hacía ese tipo de operaciones se volvió de sus vacaciones solo para operarle, esono se paga con dinero, pero sí con reconocimiento.