viernes, 5 de marzo de 2010

De cómo terminé casado (II, La trama)


Alcorcón, seis meses antes del día D, una pareja acompañada de su madre/suegra y abuela/suegra mayor, juzgados:

- Ella: Menos mal que has llegado, casi se nos pasa el turno.
- Él: Es que he tenido que matar a un dragón para poder escaparme de la oficina.
- Ella: Siempre igual…
- Esforzado funcionario de la administración de justicia: ¿Entonces dan ustedes fe de que esta pareja de inconscientes viene a este antro de perdición por voluntad propia?
- Madre: (Con cara de responsabilidad y circunstancias) Claro por supuesto (señoría).
- Abuela: (Más sorda que una tapia) ¿Qué ha dicho?
- Madre: ¡Qué si los chicos se casan porque quieren!
- Él: (Joder, manda cojones que la única mayor de edad que no trabaja en el horario de la administración sea la abuela)
- Abuela: ¡Pues claro!, ¿cómo no van a querer casarse? No les voy a traer yo a la fuerza.
- Él: (Lógica aplastante abuela, menudo equipo de secuestradores me habría buscado, esto es el rapto de las sabinas versión Monty Python)
- Esforzado funcionario de la administración de justicia: Entonces firmen ustedes aquí, aquí y aquí.
- Abuela: ¿Qué dice joven?
- Madre: ¡Qué firme usted aquí madre! (porque mi madre pertenece a esa generación que aún habla de usted a sus padres)
- Abuela: ¿Qué firme?, ¿para qué?, ¿han hecho algo los chicos?
- Él: (¡Qué bochorno!, puta banda sonora de la carretera)
- Ella: (Menudo panorama, pero… me caso, me caso, me caso…)

Hopkinsville, Kentucky, cuatro meses antes del día D, él llama desde la habitación de un hotel:

- Ella: Hola cariño, buenos días.
- Él: Para mí buenas tardes.
- Ella: Me da igual, ¿vuelves ya?, no hemos encargado los anillos, no te has comprado el traje y no hemos elegido el restaurante.
- Él: ¡Si vamos a ser quince!, en cualquier sitio entraremos.
- Ella: Sí, claro, cualquier cosa te vale, al final será una mierda, mi amiga E ya ha probado hasta el menú.
- Él: Y dale con tu amiga E, me tenía que haber casado con ella…
- Ella: Ya lo intentaste, pero te recuerdo que te dio calabazas.
- Él: (Y encima tengo que ir a su megaboda, porca miseria) Bueno, que esto se retrasa y no volveré este mes.
- Ella: Parezco la mujer del Capitán Pescanova, nunca estás en casa. A saber qué estarás haciendo por allí que no quieres volver.
- Él: Lo que me faltaba, esto se llama Condado Cristiano, sería más fácil tirotear un colegio que correrme una juerga. (Si es que no me comprende…)
- Ella: Eso dices tú, ya te habrás buscado algo que hacer, siempre acabas donde no debes.
- Él: Bueno, que puedes ir mirando tú los anillos y el restaurante. (Si al final va a ser lo que tú digas).
- Ella: Claro, y también me pruebo tu traje, es que no se puede contigo. No, espero a que vuelvas, ¡si vamos a ser quince!, es súper importante mirarlo juntos. (Aunque va a ser lo que yo diga, por supuesto)

Guanajuato, México, un mes antes del día D, él llama desde el móvil en una fábrica de automoción:

- Ella: Hola cariño, buenos días.
- Él: Para mí buenas tardes.
- Ella: Me da igual, ¿vuelves ya?, no hemos encargado los anillos, no te has comprado el traje y al final me ha tocado a mí sola buscar el restaurante.
- Él: Me tengo que quedar una semana más, el ahorita mismo me está matando, no vamos a terminar en la vida.
- Ella: Si no apareces para la boda te mataré con mis propias manos.
- Él: Llegaré a tiempo, no te preocupes, por cierto ya tengo los billetes para Londres y me han confirmado lo del crucero, ¿mejor que el viaje a Tenerife de tu amiga E, no?
- Ella: Pseee, pero a ella la van a cantar una Salve Rociera en la iglesia.
- Él: (A eso le llamo yo buen gusto) Pídele al alguacil que cante una.
- Ella: No tienes gracia, más te vale estar aquí la semana que viene.

Alcorcón, dos semanas antes del día D, una pareja compra unos anillos en una joyería:

- Ella: No lo quiero ni muy simple ni muy ostentoso, con dos tipos de oro, pero que no sea blanco. ¿Te gusta éste?
- Él: (Por el amor de Dios que termine esto pronto): Sí, es muy bonito.
- Ella: ¡Si es muy simple!, no tienes nada de gusto, ¿y éste?
- Él: (Ya estamos con las preguntas trampa) ¿Y a ti?
- Ella: He preguntado yo primero, ¿te gusta o no?
- Él: Sí, y tiene dos tipos de oro. (a ver si acierto…)
- Ella: ¿Ves?, no era tan difícil, es justo el que tengo fichado desde hace meses.
- Él: (Si ya lo sabía yo, era imprescindible mirarlo juntos) Pues entonces demos gracias por esta casual coincidencia, que me midan el dedo y vamos a comprar mi traje.
- Ella: Vale, he visto uno en XXX que no va a hacer falta casi ni tocarlo (Es como quitarle un caramelo a un niño J)

San Fernando de Henares, noche, nueve horas antes de la hora H del día D, él llama desde el trabajo con su móvil, tiene la voz entrecortada.

- Ella: Esto es el no va más, son las dos de la mañana y te recuerdo que nos casamos a las once…
- Él: Cariño, si ya casi he terminado, sabes que tengo que dejar esta máquina terminada para que se la lleven a Chequia. No te enfades que pasado mañana estamos en Londres.
- Ella: Por mí como si se la llevan a Marte, tienes una hora para aparecer por casa.
- Él: No te preocupes en media hora salgo para allá.
- Ella: ¿Qué no me preocupe?, me caso en nueve horas y mi futuro marido me dice que está trabajando, ¡a saber qué estarás haciendo!, ¿es éste el futuro que me espera?
- Él: Qué no, esta vida se va a terminar pronto, te lo prometo. Y no sé cómo puedes dudar de que estoy trabajando, encima que me mato por sacar esta familia adelante…
- Ella: Bueno, te espero acostada, no tardes.

San Fernando de Henares, un minuto más tarde, suena el teléfono fijo de su mesa.

- Ella: Hola, soy yo.
- Él: Ya sé que eres tú, ¿pasa algo?
- Ella: No, solo quería decirte que te quiero. (Pues es verdad que está en la oficina)
- Él: Y yo a ti, ¿no me estarás controlando?
- Ella: No, no, de verdad, que te quiero. (Cuando vuelva mejor me hago la dormida)

Y llegué a tiempo, hace de eso cinco años y un día, puede parecer una condena, que conste que yo no lo he dicho.(Continuará…)

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