Alcorcón, muchos años antes del día D, una pareja toma unos batidos en una terraza de verano:
- Ella: Quiero casarme de blanco y por la iglesia.
- Él: Estupendo, ya conocerás a alguien que te dará el capricho.
- Ella: Me refería a ti.
- Él: Vamos ni de coña, yo casarme, no me hagas reír y por la iglesia, si me negué hasta a hacer la comunión.
- Ella: Cómo eres (Ya veremos)
- Él: (¿A qué hora será mañana el amistoso del Atleti?)
- Ella: (Tiene cara de estárselo pensando, se lo tengo que contar a mis amigas)
Alcorcón, tres años antes del día D, la misma pareja, una vivienda a medio amueblar:
- Ella: Como ya paso más tiempo aquí que en mi casa, voy a traerme el resto de la ropa y me mudo a vivir contigo.
- Él: Vale, como quieras (¡cielos!, tiene más ropa, pero, ¿no vivía aquí ya?)
- Ella: Es que como te acostumbres a vivir solo después no voy a poder contigo.
- Él: No seas exagerada (si no me ha dejado solo ni un día…)
- Ella: Yo nunca exagero, los hombres sois así, en cuanto os dejan solos os volvéis unos salvajes, mejor que esté por aquí.
Carretera de Burgos, un año antes del día D, lunes, seis de la mañana, él conduce solo por un punto kilometro indeterminado en la provincia de Segovia:
- (Brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr (sonido de la banda del arcén de la carretera)) ¡Mierda qué es esto!, ¡me he quedado dormido!, cualquier día me mato, no puedo seguir así, ¡qué asco de empresa patera!, además ni una miserable pensión voy a dejar a E, creo que deberíamos casarnos, sí, está decidido, nos casamos.
Burgos, esa misma mañana, él llama por el móvil:
- Ella: ¿Has llegado ya?, ¿estás bien?
- Él: Sí. He decidido que nos casamos.
- Ella: ¿Sí?, ¿y eso?, ¡qué ilusión!
- Él: Porque te quiero mucho y no quiero que te veas perjudicada por nuestra relación basada en la mutua confianza a espaldas de las instituciones del estado.
- Ella: Fenomenal, pero yo quiero casarme de blanco y por la iglesia.
- Él: No tientes tanto tu suerte, yo había pensado ir un día al juzgado en vaqueros y tomar luego unas cervezas.
- Ella: Eres un cutre y un cafre, mi amiga E se va a casar por la iglesia, de blanco y con 300 invitados, nuestra boda va a ser una mierda.
- Él: Cásate entonces con el novio de tu amiga E.
- Ella: Mejor me iría que contigo que no tienes sensibilidad.
(Suena el graznido del cliente a espaldas de él “tú, si sigues hablando por el móvil no vamos a acabar la obra en la puta vida”, el se da la vuelta, no dice nada aunque un pensamiento cruza su mente “qué te folle un pez hijo de la gran puta”)
- Ella: ¿Sigues ahí?
- Él: Si, tengo que dejarte, me reclaman mis carceleros.
- Ella: Vale, cuídate, ya hablamos de esto cuando vuelvas.
Alcorcón, viernes de esa misma semana:
- Ella: ¿Sigue en pie lo de la boda?, ya debió ser gordo el susto del coche para que tú digas de casarte.
- Él: Por supuesto, pero de iglesia nada y de multitudes menos.
- Ella: Vale de iglesia nada, pero tú iras de traje y yo de blanco.
- Él: Eso va a costarnos una pasta, sabes que soy un antisocial, quiero algo íntimo.
- Ella: Ya he hablado con tus padres y estamos de acuerdo. Dice tu padre que como no te compres un traje para la boda te va a dar hostias hasta en el cielo de la boca.
- Él: (Ha hablado ya con mis padres, ¡la madre que la parió!) Bueno, me compro un traje pero que sea algo íntimo.
- Ella: Sí, además ya me he probado un traje monísimo que solo cuesta XXXX €.
- Él: (¡Ya tiene hasta el traje!, cómo me empiezo a arrepentir de mi momento de debilidad) Perdona, ¿no vas un poco deprisa?
- Ella: ¡Pero si ha sido todo idea tuya!, encima que te apoyo y voy arreglando temas, por cierto tenemos cita dentro de un mes para ir preparando los papeles y elegir fecha para la boda.
- Él: (Claro, es idea mía, cómo puedo ser tan pardillo, bueno a lo hecho pecho) Allí estaré, pediré permiso a mis carceleros ese día.
- Ella: Dilo ya, que capaz eres de que se te olvide (me caso, me caso, me caso…)
Y fuimos al juzgado, mi madre y mi abuela dieron fe de que íbamos allí por propia voluntad (existen formalismos que me acojonan), y escogimos el día D, un 4 de marzo, como hoy, han pasado varios años pero ella sigue teniendo la primera y última frase de las conversaciones. (Continuará…)
AVISO A NAVEGANTES: Si crees que me conoces no sigas leyendo, seguramente habré logrado engañarte. Si la curiosidad te vence, pues nada, encantado de haberte conocido porque yo soy así. Si no me conoces... ¿seguro que no tienes algo más interesante que hacer?
jueves, 4 de marzo de 2010
De cómo terminé casado (I, La decisión)
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Batallitas
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5 comentarios:
Estoy deseando leer el siguiente capítulo.
Qué motivos tan románticos los tuyos :)
¿No te parece romántico preocuparme de su herencia y subsistencia?
Mucha gente se casa por motivos mucho más banales :)
Ey! son los motivos más sinceros que he escuchado en mucho tiempo!!!!!
jiji
Glorioso xDD. Me ha encantado el detalle de "mi madre y mi abuela dieron fe de que íbamos allí por propia voluntad..." jajajajajaa.
Y muy romántico, aún con tanto humor encima, me parece. Muy chulo.
Un saludo.
Alejandra, gracias por el apoyo moral :)
Explorador, es que existen trámites que son de la época de maricastaña. Por cierto, le daré un papel a mi abuela en la próxima entrega...
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