Me gusta debatir de política con ND, a pesar de que nuestras posturas son y serán siempre contrarias, me gusta leerlo y pensar un poco sobre lo que me dice, también me gusta pensar que él, que es buena persona y todo un caballero, querrá lo mejor para su familia y sus amigos, conociéndole hasta para sus enemigos, aunque dudo que tenga alguno. Lo que quiero decir, y ya se lo he dicho comentando en su blog o en tuiter, es que estoy seguro de que en el fondo queremos lo mismo, y eso es algo que me hace sentir bien y se lleva parte de mis miedos, aunque los caminos que nos llevan hasta allí son distintos, tan distintos que posiblemente solo existan en nuestra imaginación porque, probablemente, ese lugar sea una fantasía y si no lo es, entonces, el camino todavía no está ni asfaltado.
Hace unos días él me dijo que yo lo que quería era conseguir la igualdad a costa de recortar la libertad, he pensado mucho en ello porque fue una frase que no me hizo sentir para nada bien, soy así, algunos en su tiempo libre se tumban en una hamaca y vacían la mente, yo, como no puedo desconectar nunca, me quedo dándole vueltas a las cosas. Imagino que nadie que me conozca, aunque sea un poquito, aunque sea de leer el blog, pueda llegar a pensar de mí que estoy a favor de coartar la libertad de nadie, que estoy a favor de colectivizar los medios de producción y abolir la propiedad privada, eso no funciona ni funcionará, es más me parece una atrocidad terrible y una pérdida de tiempo tremenda que en el año 2011 tenga que explicarlo. Tampoco entiendo que cuando critico saraos como el JMJ alguien piense que critico la fe de las personas, me parece una falta de respeto y una justificación fácil de la ley del embudo, los más fervientes detractores de lo público y de las subvenciones, que han aplaudido a rabiar el espectáculo, deberían pensar seriamente si han obrado coherentemente o les ha podido el placer de tocarle la moral al contrario. Si alguien va tener la tentación de contestarme diciendo que existen cosas peores desde aquí le doy la razón, sí hay cosas mucho peores, pero que algo sea peor no convierte lo malo en bueno, es una forma de razonar muy española, y así vamos.
La libertad es algo subjetivo, aunque al leerlo suene chocante, para algunos tener un contrato de 40 horas a la semana, que se convierte sistemáticamente en más de 50, es algo cercano a la esclavitud, si ese contrato es además precario no es que sea cercano a la esclavitud, es que eres lo más parecido en el tercer milenio a un algodonero de Virginia o a un remero de las galeras que cruzaban el Atlántico, claro, que peor es ser somalí y que a nadie le importe tu vida un pimiento, pero eso sería hacer demagogia y por hoy voy a dejarlo. Para otros pagar 30 años de hipoteca es una esclavitud y para algunos más la falta de libertad puede ser pagar impuestos y no tener capacidad de decidir que quieren hacer con un dinero que tan honesta y duramente han ganado, quiero entender que ND va por ahí cuando dice que quiero recortar su libertad, pero a lo mejor me equivoco porque nunca me había planteado que tributar mermase la libertad de nadie, simplemente para mí es una obligación que tengo como ciudadano y punto. O a lo mejor también me equivoco y estamos hablando de la libertad de los mercados, esos mercados que si no fuera porque existen leyes tenderían hacia los monopolios y a los precios pactados, lo de la ley de la oferta y la demanda, al menos la que yo estudié en la universidad, en España es un cuento chino.
Opino que la igualdad es una reclamación justa y legítima del que es desfavorecido por una mera cuestión de nacimiento, creo que la sociedad actual tiene la obligación de ofrecer igualdad de oportunidades a todo el mundo, y eso que parto de un eufemismo que da mucha risa, pero me conformo con unos mínimos, como por ejemplo una educación de calidad y gratuita para todo el mundo, estoy seguro de que no pido la luna, salvo para los buitres carroñeros que en todo ven negocio sin importarles un pimiento la colectividad. Sin ella, en lugar de ser hoy ingeniero estaría malviviendo con algún trabajo de miseria destinado a los parias como yo, una pena para mí, pero si sumas a muchos como yo una pena para la sociedad, porque si hago caso de molinos en eso de que la falsa modestia es una estupidez, entonces desperdiciar mi inteligencia habría sido un mal negocio para mi actual patrón y para el recaudador de impuestos. Soy de los que opina que dinero para lo fundamental hay, y más que habría si existiese la voluntad de tener mano dura con la corrupción, con los coches oficiales, con el fraude fiscal, con las facturas sin IVA, con los contratos en negro. Cada vez que pienso en cosas así me acuerdo del jefe de mi empresa patera, facha en el amplio sentido del término, de misa de domingo, oyente de intereconomía y sin embargo defraudador sin escrúpulos y patrón de rumanos sin contrato, o del jefe de A, muy del opus él, pero que le paga en B la mitad del salario. Está muy feo tomar la parte por el todo pero a veces no puedo evitarlo, es en esos momentos cuando digo que la canción que me quieren vender tiene una letra muy bonita pero que la música desafina, la realidad desafina.
El sistema no funciona, y no va a funcionar, me parece bien limitar el endeudamiento porque yo mismo en mi casa lo hago, no me gusta deber un euro más de la que tengo y cuando no tengo empiezo a apretarme el cinturón por las cosas prescindibles, sin embargo esto va a ser el truco del almendruco para justificar los recortes sociales en lugar de recortar en reducir la administración, el gasto en defensa (de los pozos de petróleo), en obras faraónicas que no vienen a cuento que acaban cuadriplicando el presupuesto, es así y si no al tiempo. Es curioso que viviendo en una de las comunidades autónomas más endeudadas de España, ahora los mismos que han dilapidado lo habido y por haber me digan que se acabó el despilfarro, imagino que ellos lo llamaban inversión, que suban los impuestos y aparezcan las tasas como por arte de magia, que suban un 50% el metro y el autobús de manera que cuando voy a ver a mi cuñado al hospital me sale más barato ir en coche y pagar el aparcamiento, no es lógico y no lo entiendo. Como tampoco entiendo que me receten una medicina que por el hecho de ser un tratamiento crónico me sale casi gratis, a ver, yo con mi sueldo puedo pagar mis medicinas, no necesito que me las subvencionen, es ahí cuando llego a lo de la fraternidad o si alguien lo prefiere que lo llame solidaridad. No me valen las tablas rasas, cada uno debe pagar según tiene porque casi nadie es pobre por gusto, pero hoy en día nos buscamos cualquier excusa para justificar que somos egoístas: si no tiene es porque es vago, yo no ayudo a una ONG porque no sé que hacen con el dinero, si está enfermo es porque se lo habrá buscado... Lo deshumanizamos todo para hacernos más fácil nuestra hipocresía, para no dar arcadas cada vez que vemos el telediario aunque lloremos como magdalenas viendo una película de amor despechado. Escribo como casi siempre, desde las tripas y trato de no hacer un juicio de valor, pero yo, que vengo de una familia pobre que ha conocido lo que es pasar hambre hasta mi generación, sí, hambre de esa que te hace doler la tripa y no te deja ni dormir, el dolor que siento al escuchar algunos relatos de mis padres me hace ser así, pobre y orgulloso, la infancia en mi barrio del otro lado de la vía también, con nuestro balón colectivo, con nuestras raquetas hechas a mano.