Este
mes, los descerebrados (esto lo explicaré a continuación) miembros
del Club de
Lectura 2.0, hemos leído, y es un decir, “De brillante
porvenir”, una novela de John Dos Passos. Digo que somos
descerebrados porque, en un momento de exaltación de nuestra
voluntad lectora, decidimos que durante los meses de verano si no
queríamos caldo pues dos tazas, que si somos cinco y propusimos tres
libros cada uno era una pena dejar tres fuera de la programación
tras el tradicional sorteo. Y así nos vemos, no conformes con irnos
arrastrando por el fango lector ahora leyendo a la carrera y
reseñando cada quince días. Vamos de mal en peor.
“De
brillante porvenir” intuyo que es una obra menor de un Dos Passos
que, según dicen los que saben de esto, ya había dado lo mejor de
su obra en Manhattan Transfer y la trilogía U.S.A. En mi juventud
recuerdo haber leído Manhattan Transfer en una edición antiquísima
que rondaba por casa, imagino que esta edición sería prima hermana
que la que me ha prestado Carmen de Alianza Editorial publicada en
1973 y que era de su padre. Hemos tenido que ir recurriendo al
préstamo del libro en papel porque no hemos encontrado una edición
digital del mismo, y es una pena, porque cada día me es más difícil
e incómodo leer en papel, y yo amo a mis libros en papel, pero de
forma platónica y nada más. Queda hacia ellos el mayor de los
cariños pero creo que recurriré al libro electrónico cuando quiera
tener sexo.
Dicha
esta barbaridad, comenzaré a reseñar el libro sin entrar en muchos
detalles de la trama para no destriparlo, aunque total, podría
fotocopiarlo y ponerlo aquí que no creo que nadie tuviera el valor
de leerlo. Y tampoco es para tanto, porque yo creo que “De
brillante porvenir” es un libro que, si tienes la mala suerte de
cruzarte con él, al menos no se puede considerar una total pérdida
de tiempo, a pesar de que en ciertos momentos coquetea peligrosamente
con el aburrimiento. Porque he de admitir que Dos Passos no es la
alegría de la huerta, tiene una prosa poco colorista, sobria, seca
como un verano manchego. Probablemente sea una forma de escribir muy
cuidada para no dar concesión alguna a cualquier detalle que nos
aparte del argumento, para plasmar ese mundo sórdido en el que viven
sus protagonistas de la forma más descarnada posible, para no dar
lugar a dobles interpretaciones, para que no nos dejemos llevar mucho
por los sentimientos.
“De
brillante porvenir” nos cuenta diferentes etapas de la vida de Jed
Morris, el protagonista, un juntaletras ingenioso que, según he
leído, tiene mucho de autobiográfico para Dos Passos. La novela
tiene tres partes bien diferentes, en la primera Morris es periodista
en un Marruecos convulso en el que vive extrañas aventuras, en la
segunda es escritor teatral de poco éxito en Nueva York y en la
tercera cruza todo el país para trabajar como guionista de éxito en
Hollywood. Todo ello transcurre en paralelo a su pertenencia
semiclandestina en un partido comunista que trata, con relativo
éxito, de infiltrarse en el mundo cultural estadounidense. Esto da
mucho juego para dibujar un personaje que comienza siendo pobre e
idealista y termina siendo pudiente y mucho más receloso con un
partido que le tiene atrapado, para el que trabaja filtrando ideas
que promuevan la revolución y del que en cierto momento se plantea
salir, sin mucho éxito.
Dos
Passos, que parece ser que recorrió este camino ideológico,
aprovecha el libro para satirizar a los oscuros personajes que forman
el partido, ajusta cuentas con su doble moral, y los presenta como
pérfidos y decadentes. A mí me interesa porque me vale como una
pieza más del puzzle que trato de ir montando sobre la sociedad
norteamericana del siglo pasado, a la que tanto había dado de lado
en mi vida y que cada día me fascina más, sobre todo por esa mezcla
de poder e ingenuidad propias de un adolescente que comienza a darse
cuenta de que ya no es un niño. “De brillante porvenir” retrata
con frialdad un episodio que fue real y que culminó en la caza de
brujas que fue el Macarthismo, aunque no llega a nombrarlo, pero sí
que nos pone delante de un mundo cruel de gente sin escrúpulos y
agentes dobles para los que el fin justifica los medios. Y si no que
se lo pregunten a Jed Morris.
Como
siempre, encontraréis otras opiniones en las reseñas
(o no reseñas) de Desgraciaíto,
Carmen,
Paula
y Bichejo,
corred a leerlas.