miércoles, 7 de abril de 2010

La libertad

Llevo una racha en la que cada vez que me sueltan en el campo me pongo bucólico. Siento los ladrillos que suceden a mis excursiones, pero es lo que me pide el cuerpo escribir. Acostumbrado al ajetreo cotidiano, a los atascos, a las reuniones sin sentido, en definitiva a malgastar el tiempo como si éste fuera infinito en cosas insustanciales, es en esos momentos, cuando me encuentro en mitad del monte y todo parece detenerse, con la única compañía del canto de los jilgueros y el viento meciendo encinas y quejigos, cuando me doy cuenta de lo valioso que es cada segundo, y sobre todo de que son esos segundos cuasi estáticos los que de verdad me pertenecen, los que realmente cobran sentido, en los que soy libre porque así he decidido vivirlos.

La libertad es un ideal que reside en la mente de cada ser humano. No todos percibimos la libertad de la misma manera, ni somos capaces de cuantificarla, porque como concepto abstracto la libertad debería ser algo absoluto, o se es libre o no se es, no existe punto medio, pero desde un punto de vista práctico la libertad tiene escalas, es cuantificable y es interpretable. Y al revés, se puede ser libre y ni siquiera tener conciencia de serlo, como mis jilgueros, e incluso se puede ser libre y no ser, como el agua que nace en los manantiales, se convierte en arroyo y arriba al mar.

Para el común de los mortales, para los condenados al nacer a ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente, la libertad es una utopía, un ideal romántico, casi un sueño. Los más afortunados somos libres a tiempo parcial, y muchas veces ni eso, ¿no es motivo suficiente para disfrutar de los momentos en el que somos dueños de nuestro destino como si fueran un regalo? Porque existe mucha gente, pero mucha, que no puede disfrutar ni por un segundo de un momento de desconexión de sus miserias cotidianas, para los que sobrevivir es ya ganar la batalla, gente que si leyera mis tribulaciones de persona sin problemas se reiría de mí o me escupiría en la cara.

Aunque no sea mi culpa.

Por eso hoy, que me siento tan inmenso, que no soy consciente de las limitaciones que me impone el cuerpo, tan circunstancial, cuando creo en el infinito porque me siento infinito levitando entre las montañas, proclamo que la libertad es la bandera que quiero defender, con sangre si hace falta. Quiero romper las ligaduras físicas de las fronteras, de los velos y las de las razas. Y las del pensamiento, la culpa, la tiranía, la falsa moral y el doble rasero, quiero terminar con los que tratan de imponer su voluntad a cualquier precio, quiero terminar con todo eso, ser un ángel exterminador de opresores, violentos, carceleros y proxenetas, quiero acabar con ellos, pisarlos, hacerlos desaparecer en el polvo y luego soplar fuerte hasta no dejar ni su recuerdo.

Un ideal por el que matar y por el que morir, porque perder la libertad es peor que perder la vida. En el fondo el sueño eterno no es nada, va a pasar y no me asusta, pero que nadie trate de arrebatarme este suspiro que es mío, que no se atreva a impedirme darle el sentido que yo quiera, porque es lo único que tengo y tendré, y si se atreven, y me ganan, aún tendré el refugio de mi caparazón donde seguiré siendo libre, viviré dentro de ese milagro que somos más allá de lo meramente carnal y allí existiré, y seré yo de nuevo, y seré libre.

Ya lo escribió Miguel Hernández antes que yo y un millón de veces mejor que yo, sirvan sus palabras de homenaje para todos los que no son libres, por el motivo que sea, sean del bando que sean y cualquiera que sea el idioma que les enseñaron al nacer. Casi me da vergüenza mezclar sus palabras y las mías pero cuento con que él me perdonaría.

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

9 comentarios:

Anniehall dijo...

Creo que tu libertad te pedía justicia más que nada.

Ay, Miguel Hernández!! cantado por Serrat me pone los pelos de punta y alguna vez se me han saltado las lágrimas.

Explorador dijo...

Estoy leendo un libro en el que, entre otras cosas, se narra un diálogo entre Sócrates y el Geómetra Teodoro. Cuando Sócrates le dice que para tratar una cuestión necesitarían mucho tiempo y se muestra reacio a discutir, Teodoro le contesta indignado: "¿Acaso no tenemos tiempo libre?". El tiempo libre era de las personas libres, que eran dueñas de él y lo invertían para su gusto, el tiempo esclavo era de los esclavos, los que tenían que vivir bajo los horarios en un tiempo pesado y monolítico.

Deseo que tengas mucho tiempo libre, y mucha libertad :)

El niño desgraciaíto dijo...

Es curioso, porque Miguel Hernández fue comisario político en la brigada de El Campesino. Esto es, era el que decidía quién estaba implicado en la causa y quién no.

Sorprende ver que alguien represor de la libertad pueda escribir estas poesías tan bonitas.

A mí me encanta Miguel Hernández, pero alguien que no sigue sus propios consejos...

Newland23 dijo...

Annie, la justicia es algo más grande aún que la libertad, mis ansias de libertad vienen de la frustración, es menos interesante pero es más real.

Newland23 dijo...

Explorador, casi todo está ya escrito. Y has dado en el clavo, bueno, tal vez ha sido el Geómetra, es la falta de tiempo libre, o mejor dicho, tiempo para ser libre, lo que me mortifica. Pero el mundo funciona así.

Newland23 dijo...

ND, son cosas de los golpes de estado y de las guerras. No puedo juzgar a nadie que se encuentre en esa situación porque ni yo sé como reaccionaría. Aunque evidentemente eso no va a memar ni un ápice de mi admiración por el poeta, y por el hombre tampoco.

albert plá dijo...

Hola juanjo. si eres un asiduo mirador de entradas en tu blog desde mexico, veras que mas o menos lo miro todos los dias (sí, lo miras, no mientas, que todos tenemos un gramo de vanidad que nos hace ver quién admira o simplemente mira por encima de su hombro nuestras obras) Apenas he leido esta ultima entrada. He dejado de leerlo debido a mi mala memoria, siempre se me ocurre algo que comentarte a cada uno de los blogs (normalmente tontadas de: jode, me parto el culo) pero al terminar de leer el blog, mis tribulaciones acaban junto a tu texto.
Al leer: Hay para otros que solo sobrevivir es una batalla..."no es culpa mía".
Discrepo. Está claro que podemos quejarnos del sistema, de la pobreza y todo eso, y mientras tanto, comprarnos una tele plasma mientras otros no tienen ni qué comer. La culpa es completamente nuestra. El sistema no existiría ni se mantendría sin nosotros y nuestra vaga noción de la justicia.
Una vez, una amiga le dijo a su padre que porqué no invertía los 5mill de pesetas que éste había amasado en casas sociales en la India. Su padre se reía de ella mientras firmaba el contrato de renovación de su casa... nuevo parquet, nueva tele, nuevo somier... ¿quién diría que este hombre cometió una injusticia? Nadie. Ni siquiera yo. El idealismo de la chica era eso: idealismo. Pero un idealismo cargado de justicia, al menos ella no culpo al sistema.
La gran duda que me aún me ronda en la cabeza es: ¿y si el dinero hubiera sido de ella?


siento el rollo.


un cantautor catalán.

Explorador dijo...

El otro día me han mandado un premio circular :) que tenía que ir pasando a otros blogs, y he pensado en el tuyo, entre otros. Espero que no te moleste la publicidad, está en mi última entrada. Si lo quieres, ahí lo tienes.

Un saludo :)

Newland23 dijo...

Explorador, viniendo de quien viene es muy apreciado, muchas gracias :)