Tengo mucho calor.
Ardo como el martillo de un herrero,
cuezo como el horno de un panadero,
hiervo como un político chanchullero
en las calderas de Pedro Botero.
Tengo más calor que el aceite que fríe un huevo,
más calor que el bombero que apaga un fuego,
y más que una monja viendo el estreno
de una película de desenfreno.
Sudo cual atleta de diez mil metros,
como argentino en el mes de enero,
como Lawrence cruzando el desierto
desnudo a lomos de su camello.
Y tengo la boca seca como un madero,
mi paladar con polvo es un campo yermo,
mi cuerpo entero ruge sediento…
me voy a la nevera a por un refresco.
Ardo como el martillo de un herrero,
cuezo como el horno de un panadero,
hiervo como un político chanchullero
en las calderas de Pedro Botero.
Tengo más calor que el aceite que fríe un huevo,
más calor que el bombero que apaga un fuego,
y más que una monja viendo el estreno
de una película de desenfreno.
Sudo cual atleta de diez mil metros,
como argentino en el mes de enero,
como Lawrence cruzando el desierto
desnudo a lomos de su camello.
Y tengo la boca seca como un madero,
mi paladar con polvo es un campo yermo,
mi cuerpo entero ruge sediento…
me voy a la nevera a por un refresco.
4 comentarios:
Vaya, por tu culpa me he acordado de Fuego en el cuerpo. Menos mal que tengo cerca un extintor.
¿Tienes cerca un extintor? ¡cielos! espero que no lo lleves en el bolso :)
A mí me gustaría tener cerca a Kathleen Turner, y si se puede pedir con veinte años menos
Mi extintor no es Kathleen Turner pero sirve para lo mismo.
¡Oído cocina!
No sé por qué pregunto :)
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